27/04/2024
12:49 PM

Migrantes en caravana

    Este mes ha presenciado el desplazamiento de alrededor de quinientos compatriotas, acompañados por menores de edad, que desde San Pedro Sula decidieron abandonar sus comunidades para intentar ingresar a Estados Unidos, desafiando las bajas temperaturas imperantes, los acosos y secuestros que sufren a lo largo del extenso recorrido, a sabiendas de que en su gran mayoría serán deportados. De hecho, al 9 de enero, 1,334 menores habían sido devueltos a Honduras por las autoridades migratorias mexicanas y estadounidenses.

    La actual caravana se disolvió al llegar a Izabal, pero lo que es un hecho es que a lo largo de este año continuará el éxodo de compatriotas hacia el exterior, al igual que el ingreso de extranjeros en tránsito por Honduras.

    Al ser entrevistados hondureños, al igual que personas de otras nacionalidades, respecto a qué razones los impelen a abandonar sus países a sabiendas que a lo largo del extenso e incierto trayecto sufrirán diversas penalidades, sus respuestas son similares: pobreza, desigualdad de oportunidades, desempleo, violencia, corrupción, desastres naturales. Y es que tanto en nuestro país como en otros latinoamericanos, africanos, asiáticos, las condiciones sociales, económicas, de seguridad, empeoran aceleradamente en vez de mejorar, lo que demuestra que subsisten en Estados fallidos, incapaces de satisfacer las necesidades básicas de sus connacionales, en abierta violación a sus derechos humanos básicos. Y cuando los reclaman, la respuesta gubernamental oscila entre la total indiferencia y la represión abierta.

    Lo que es un hecho innegable es que a lo largo de estos doce meses este drama humano continuará imparable, con la probable posibilidad de que si el resultado electoral de este 2024 en Estados Unidos favorece a Trump se endurecerán aún más las políticas migratorias de esa nación, mismas que incluyeron, durante su primer período presidencial, la separación de familias migrantes, ignorándose aun el destino y condiciones de niños y niñas alejados de sus progenitores. Y las órdenes emanadas del actual gobernador de Texas constituyen una muestra de ese endurecimiento, por demás inhumano, de la manera en que son tratados los migrantes que logran alcanzar la frontera sur de la Unión Americana.

    Actualmente, el tema migratorio adquiere cada vez más fuerza en la campaña electoral estadounidense, al punto que decidirá el eventual resultado de la misma en noviembre. Nuestros compatriotas que piensan migrar al exterior en situación de indocumentados deben descartar tal opción, que conduce al sufrimiento extremo, incluyendo la pérdida de la vida. Aquí y ahora está su porvenir, no en tierras extrañas cada vez más hostiles.