29/04/2024
12:34 AM

Industria turística

    Las bellezas naturales de nuestro país, incluyendo playas, ruinas arqueológicas, parques nacionales, lagos y lagunas, pesca, además de su diversidad étnica y cultural, en un territorio pequeño, atraen al visitante tanto nacional como extranjero a fin de conocer in situ los diversos atractivos con que hemos sido dotados y que no siempre sabemos valorar y proteger debidamente. Por el contrario, está presente una actitud autodestructora de nuestros recursos, tal como lo evidencian los incendios forestales que año tras año se repiten con características verdaderamente alarmantes. Empero, existen factores adversos que militan y retardan un mayor crecimiento de este rubro generador de divisas. Entre ellos, la inseguridad y violencia en ascenso, incluyendo el departamento insular de Islas de la Bahía, Copán y Gracias a Dios.

    El deterioro de la infraestructura vial significa que desplazarse por la vía terrestre constituye un riesgo tanto para la seguridad de pasajeros y conductores como para las unidades de transporte. Los muelles y aeropuertos requieren de permanente mantenimiento y ampliación para acomodar segura y cómodamente al creciente número de turistas.

    La ausencia de una cultura hospitalaria para quienes nos visitan, con visión miope, cortoplacista de la ganancia, milita adversamente en las impresiones que el turista se lleva consigo al retornar a su lugar de origen, convencido que se han aprovechado de él y/ o de ella.

    La depredación de los bosques, la contaminación ambiental, la acumulación de desechos sólidos en las carreteras, además de causar una mala imagen, ponen en riesgo la salud de las personas.

    La ausencia de información precisa respecto a como trasladarse a sitios turísticos, las facilidades de alojamiento disponibles, las tarifas a pagar, igualmente revelan lo mucho que aún hace falta para modernizar este rubro, altamente competitivo a nivel regional y mundial, que activamente promueve todo aquello que atrae el interés del visitante. Debemos evitar el llamado turismo sexual que atrae a pedófilos procedentes del exterior sabiendo que sus aberraciones quedarán impunes, algo que no ocurre en sus naciones de origen. No solo debe fomentarse el turismo externo, igualmente el interno, a fin que nuestros compatriotas conozcan su hogar común a lo largo y ancho de nuestra geografía. Si alcanzamos la obligatoria modernización de esta actividad lograremos consolidarnos como un país de visita obligatoria para los visitantes, merecedores de trato cordial y respetuoso. Honduras merece ser conocida por el calor humano de su gente, por su riqueza en flora y fauna, por su protección del medio ambiente. Lograr esto nos compete a todos y todas si es que verdaderamente amamos la tierra maternal, la que nos vio nacer y crecer.