Hispanoamérica y España poseen un vínculo lingüístico que las hermana: una lengua en común, consecuencia de la colonización del Nuevo Mundo durante más de tres siglos. Cada nación y región de estas posee acentos y modismos distintivos que las singularizan, formando parte de sus respectivas identidades, al igual que las lenguas aborígenes -varias de ellas en vías de extinción-, lo que motiva a los lingüistas a investigarlas y rescatarlas, ya que forman parte integral de sus respectivos perfiles culturales.
La fundación de academias de la lengua tiene el propósito de preservar y enriquecer gramáticas, léxicos, sintaxis e incorporar nuevos vocablos, por cuanto ningún idioma permanece estático; ciertas palabras caen en desuso, otras se suman al habla cotidiana, fuente de renovación.
Respecto al libro escrito y publicado en Honduras, pese a severas limitaciones económicas debidas a los costos crecientes de impresión y al hecho de que el público lector es un reducido porcentaje del total poblacional, tanto autores como editoriales se mantienen en permanente creatividad brindándonos tantas obras inéditas como reimpresiones.
San Pedro Sula experimenta un florecimiento cultural, literario y artístico que se proyecta dentro y fuera del país, a lo que contribuyen tanto escritores y artistas consagrados como emergentes, interactuando con sus colegas de resto de la nación y el mundo.
La calidad de sus contenidos ha resultado en haber sido traducidos a otros idiomas, entre otros autores a Argentina Díaz Lozano, Ramón Amaya Amador, Roberto Sosa, Rolando Kattán, obteniendo galardones nacionales, regionales, continentales, objeto de estudio y análisis por parte de críticos y estudiantes.
A madres, padres, maestros corresponde el inculcar en sus hijos y alumnos, desde temprana edad, el hábito de la lectura y la escritura, herramientas que les serán indispensables para comunicarse e interactuar con sus semejantes.
Sea que el libro se lea en formato impreso o digital, lo importante es no dejar pasar un tan solo día sin haber encontrado tiempo suficiente para el informarse, recrearse y aprender nuevos conocimientos mediante la cotidiana lectura, que hace de nosotros personas capaces de darle sentido a nuestras vidas y hacer frente a los retos cotidianos de manera inteligente.
De esa manera apoyarán activamente a quienes se han impuesto el deber de transmitir ideas, conceptos y visiones utilizando para ello la palabra escrita.
