01/05/2024
12:26 AM

De las deudas

    San Pedro Sula, Honduras.

    En ese ambiente de tira por aquí y afloja por allá con esfuerzos de la Dirección Ejecutiva de Ingresos que no logran las altísimas expectativas identificadas para elaborar el presupuesto nacional con ingresos soñados, el Ministerio de Finanzas mantiene su firme decisión de conseguir el beneplácito del Poder Legislativo para suscribir un préstamo más por cien millones de dólares y dejar la puerta abierta para un segundo.

    El primer intento o esfuerzo chocó con quien conoce muy bien esos andares de finanzas internacionales y aunque fuese en la letra pequeña no todo estaba claro, por lo que se clasificó como operación “atípica” por las condiciones y por la institución que proporcionaría el crédito.

    Más que todo esto, señalamientos muy importantes para aclarar los términos del compromiso en nada favorable para nuestro país, debiera el Congreso poner un hasta aquí con la sola excepción de una situación de emergencia provocada por algún devastador fenómeno natural. Lo contrario nada, pues hay que enfilar hacia la reducción del gasto y no a su financiamiento con cargo a los que vengan, cumpliendo el dicho popular “el que venga atrás que arree”.

    La discusión por la relación del Producto Interno Bruto (PIB) y la deuda, interna y externa, puede ilustrar, pero se mantiene en el ambiente académico que genera declaraciones, informes y hasta pronunciamientos, pero no se traduce en oportunidades de trabajo, al contrario, el alto porcentaje de la segunda es un obstáculo para atraer las necesitadas inversiones que contribuyan a disminuir la deuda con mayor dinamismo en el sector productivo y posibilite el empleo.

    Pero está claro que este nuevo compromiso financiero como la venta de los bonos soberanos no es más que para el gasto corriente contemplado en el presupuesto que fue elaborado con ingresos desmedidos que, a la hora de la hora, no dieron el largo, como era de suponer, para hacer frente a las presiones. Donde no hay, no hay, pero donde se tiene hay que administrar según lo que se posee, pues quien se viste con lo ajeno en la calle lo desnudan, o lo que se consigue es pan para hoy, hambre para mañana.

    Aunque las dimensiones sean diferentes y no haya proporcionalidad, mirémosnos en el espejo de Argentina que está a punto de incumplir, por segunda vez, con el pago de su deuda al no llegar a un acuerdo con los acreedores que no aceptaron canjes de bonos.

    Urge mejorar la recaudación fiscal, administrar racionalmente lo que se dispone y marcar la realidad para que la supervisión y el control efectivos llegue al gasto, de manera que parte de lo que se tiene se destine a la inversión que es fuente o condición necesaria para la obtención de riqueza. Si se gasta, como en un loco fin de semana, no es extraño que al primero que ofrezca se le acepte el dinero.