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El petróleo

  • 30 enero 2016 /

La cotización del crudo que llegó a superar los 130 dólares el barril en la crisis financiera mundial del 2008 ha ido cayendo en picada.

    San Pedro Sula, Honduras

    La de arena para los productores es de la cal para los importadores netos del petróleo o sus derivados, de manera que la balanza comercial y las reservas internacionales se ven favorecidas en la misma medida en la que países que concentraron el poder de su economía en los hidrocarburos, están urgidos de créditos para sostenerse mientras se recuperan los precios, lo que no se avizora en el corto plazo.

    La cotización del crudo que llegó a superar los 130 dólares el barril en la crisis financiera mundial del 2008 ha ido cayendo en picada y se ha situado alrededor de los 30 dólares. Todo tiene dos caras, pues la menor disponibilidad de recursos en los países exportadores significa que tendrán menor poder adquisitivo en el mercado internacional y habrán de ajustar sus economías a las escasas finanzas.

    En nuestro hemisferio, los ejemplos están a la vista: México, Venezuela, Brasil, Ecuador... Con las diferencias particulares, los cuatro resienten la disminución del caudal de recursos hacia sus arcas que en otros tiempos eran base de alianza revestidas de petrodólares que se entregaban con fines políticos en sostenimiento del sistema y su expansión intervencionista.

    Habrá que echar, sin embargo, la mirada hacia adentro y trazar políticas sanas en el campo monetario, crediticio y en el comercio internacional de manera que los beneficios por un menor costo en los derivados del petróleo, pagados en divisas, se refleje en el cuadro de deudas, interna e internacional. En las galimatías de la economía la población no llega a comprender el alto nivel de los compromisos financieros que no son más que hipotecar recursos de las generaciones venideras.

    Recientemente el gobierno anunció la posibilidad de colocar bonos del Estado en el mercado internacional por 292 millones de dólares (más de 6,000 millones de lempiras). Puede ser factible, pero el cumplimiento en los pagos, capital e intereses disparará aún más los compromisos. Si con el petróleo cotizado a más de 100 dólares el barril, la asfixia exigía la obtención de recursos, ¿por qué a 31 dólares se mantiene el endeudamiento como fuente de ingresos para respaldo del presupuesto? Si por lo menos fuera para infraestructura o proyectos productivos el crédito no se evaporaría en gasto, sino que se convertiría en fuente de riqueza para amortizar el crédito y dejar beneficios al país.

    Antes de que concluya esta bonanza para nuestras reservas es necesario que, de inmediato, se tracen políticas para aprovechar y beneficiarse de la coyuntura y no lamentarnos después.