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Dos frentes

  • 25 febrero 2015 /

    Dos frentes, a miles de kilómetros de distancia, con un mismo objetivo: El Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte. El primero, en la capital norteamericana, donde la administración Obama expone la necesidad de aprobar recursos en respaldo a la iniciativa y, el segundo, en nuestro país donde, desde hoy, los Gobiernos de tres países centroamericanos y el sector empresarial del istmo como empleador y fuente de inversión, analizarán el proyecto.

    En Washington, la exposición del secretario de Estado, Jonh Kerry, sobre la necesidad de aprobar los recursos para el Plan en el presupuesto 2016, por razones de seguridad nacional, tuvo respuesta en el Senado, que cuestionó no los intereses norteamericanos sino la utilización de los recursos solicitados.

    La debilidad de los Gobiernos del área, así como la corrupción e impunidad, salieron a colación por lo que el cuestionador senador demócrata Patrick Leahy expresó: “Quiero asegurarme que los millones que hemos solicitado van a gastarse en forma diferente que en el pasado”. Lo cual mirando hacia adentro, no solo a los países receptores, hubiese señalado el congresista la complicidad de Washington en atender a sus intereses políticos inmediatos y no supervisar y controlar el uso y destino de los recursos.

    Pero lo que está claro es que “si no hacemos esto habrá mayores niveles de violencia, mayores niveles de agitación, mayores oportunidades para los radicales... No es solo una estrategia en ayudarles y hacer lo correcto; está nuestro interés de seguridad, nuestro interés a largo plazo y encaja con nuestros valores”, argumenta el segundo de la Casa Blanca, quien advirtió que unos seis millones de jóvenes alcanzarán en la próxima década la capacidad de ingreso en la población productiva, pero si no hay oportunidades el ya alto nivel de desempleo se convertirá en incontrolable en Centroamérica y en presión incontenible en la ruta hacia el norte.

    Las exposiciones del primer encuentro de la Alianza con el sector productivo tiene un objetivo final, determinante y claro, que habrá de irse concretando en el éxito del proyecto, reflejado en el mejoramiento de la calidad de vida de la población, cuyo primer paso en firme sea la oportunidad de trabajo que desaliente la emigración y proporcione los recursos necesarios en el ámbito personal y familiar.

    La reunión de hoy en Tela es calificada como un “detonante para generar empleo”. En dos frentes se trabaja por lo mismo, aunque las motivaciones sean diferentes: empleo, seguridad, convivencia, democracia y libertad.