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'No voy a mentir”

  • 13 agosto 2020 /

    Uno para dos, puede ser tomado como propuesta de adivinanza y con un poco de creatividad el tema para memes, pero es un asunto demasiado serio con un precedente muy cercano y casi, casi familiar. En el laboratorio de Virología de San Pedro Sula solo uno de tres equipos automatizados para las pruebas del PCR se halla en buen estado, pero los reactivos cumplen el adagio popular, “peor es nada”. Solo hay para dos semanas, después ya será nada y, por tanto, peor.

    “No voy a mentir”, dice serenamente el jefe de laboratorio, pero la procesión va por dentro y podemos intuir la ira, pues sus palabras apuntan directamente al blanco, la “Secretaría de Salud no nos da repuesta”. Lloverán explicaciones, prisas de última hora y apelación al tiempo para que todo pase sin que pase nada. He aquí otro gran misterio de la emergencia.

    Hace unos días, la bulla muy justificada era en el hospital Leonardo Martínez. Decenas de enfermeras y doctores presentaron su renuncia, pues a pesar de ser calificados en “primera fila”, con gran desgaste físico y emocional, había retraso de dos meses, junio y julio, en el pago del salario. Se sobregiraron en el gasto y el giro pasó a este personal de planilla. Los burócratas de Tegucigalpa rectificaron y prometieron, ojalá lo hayan cumplido ya, pagar esta semana.

    Dejaremos de lado las irregularidades, los abusos con los recursos para la emergencia. Es tema diario que no cala lo suficiente, pero resulta que las estadísticas presentadas diariamente no dan toda la verdad, pues, en lugar de ir en aumento la cobertura de las pruebas, pese a meritorio trabajo de las brigadas, han disminuido en los últimos días y ello conduce a una falsa apreciación del avance de pandemia.

    Nada extraño si falla la previsión en el mantenimiento de los equipos. Si la parsimonia y hasta desidia afecta la disponibilidad de reactivos. Si aún en la emergencia las cosas de palacio van despacio, con excepción de las compras, para las que el arca del erario está abierta las 24. Todo lo después es otro “cantar”.

    En esa “primera línea” de los laboratorios hay valor y fortaleza más allá del cumplimiento del deber, pues solo mediante turno de 24 horas y con labor manual, a la “antigüita”, la mora es moderada; pero de prologarse tan irregular situación “no tendremos” ni positivos ni negativos, “desaparecerá” la pandemia en Cortés, aunque estén llenos los hospitales y los decesos sean calificados de sospechosos. “No voy a mentir”. Lapidaria expresión que evidencia la incapacidad del círculo oficial en el tratamiento de la pandemia.