Observadores, veedores, custodios, una legión de ojos preparados para observar detalladamente y hacer el informe sobre el comportamiento del electorado, generalmente respetuoso, diligente y esperanzador; de los delegados de los partidos en las mesas; de los candidatos, en todos los niveles, de aprovechar hasta el último segundo de la votación y los eternos minutos del escrutinio para inclinar la balanza a su favor; de los activistas, los más rebeldes, algunos incontrolables, en los mismos límites del centro electoral.
De todo ello habrá quienes den cuenta oportuna y confiable, pues no son representantes de partidos, sino enviados por países, organismos o instituciones que tienen compromiso con la democracia, con la libertad de los hondureños para seleccionar a sus autoridades el último domingo de noviembre.
La Unión Europea ya ha anunciado el envío de un numerosas misión que se desplegará por todo el país no solo para observar, sino para elaborar un informe en que en su parte medular se harán observaciones sobre el proceso y la necesidad de reformas electorales en el momento oportuno, no en campaña ya o en vísperas de los comicios.
La delegación diplomática norteamericana en nuestro país, a través de la encargada de negocios de la Embajada, Heide B. Fulton, confirmó la participación de 100 observadores en la jornada electoral.
No es su trabajo la certificación de las elecciones, pero sí contribuir a la transparencia en el ejercicio electoral, en el comportamiento de los miembros de las mesas de votación, en el escrutinio de los votos, llenado de actas y transmisión de resultados.
La Organización de Estados Americanos (OEA) anunció la llegada de técnicos para la verificación de “todo el sistema”, de manera que puedan y sean observadores independientes en cualquier parte del proceso.
A ello habrá que sumar el personal nacional independiente acreditado por instituciones para contribuir al éxito en los 5,687 centros de votación.
Como dato relevante, más de 5,000 jóvenes universitarios han aceptado el compromiso de “custodiar las urnas” en respuesta a la convocatoria de las autoridades universitarias.
¡Qué diferencia! En países no muy lejanos, los Gobiernos son tan honestos, tan diligentes y respetuosos de la voluntad popular que rechazan porque no necesitan, la participación externa; eso sí, la de sus “amigos”, bienvenida. ¡Casi nada! Lección magistral de democracia.
