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Recortes...

  • 02 diciembre 2016 /

No hay notificación oficial sobre prevención para mitigar las secuelas que comenzarán a llegar con el nuevo año.

    Son otros tiempos y la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, ha perdido fuerza, pero tras ocho años sin acuerdo entre sus miembros, sinónimo de recorte en la producción, la reunión en Viena, esta semana, ha acercado posiciones para concretar una disminución de 1,2 millones de barriles diarios en el mercado internacional en el próximo año. La reacción inmediata es más por lo que puede venir más tarde cuanto por la afectación en la oferta se notará el incremento de la cotización del petróleo.

    Los primeros meses de 2017 mostrarán los indicadores de la decisión con mucho menor peso e influencia en la economía mundial del que mostraba en la década de los 70 del siglo pasado, cuando fue protagonista de una de las mayores crisis financieras de esa época. El cartel petrolero domina menos de la mitad del mercado internacional, por lo que junto al reparto de cuotas ha hecho un llamado a los países productores de petróleo no integrados a la Opep.

    En los productores no miembros del grupo, dominado por los países del Golfo Pérsico, se halla la clave para la moderación en el ajuste, la tranquilidad en el mercado y la estabilidad de la economía mundial. Rusia, por su presencia e influencia en los países árabes, ha confirmado la disminución de abastecimiento al mercado, lo que también se busca en Estados Unidos, Canadá, México y Brasil, productores con mejoras tecnológicas para la extracción del crudo en el mar o a través del “fracking”, petróleo de esquisto.

    Así las cosas y como el porrazo es inevitable por ser Honduras un importador neto de productos derivados del petróleo, habrá que hilar fino, pues en el nivel macroeconómico, las reservas internacionales serán las primeras en experimentar el efecto que como onda en el lago se irá expandiendo hasta llegar al bolsillo del viajero en autobús, del dueño de vehículo, del comprador en el supermercado, de las unidades productivas y de quienes reciben mensualmente la “notita” de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica notificando el consumo, su pago y el de los colaterales que inflan la cantidad final.

    No hay notificación oficial sobre prevención para mitigar las secuelas que comenzarán a llegar con el nuevo año, pues en la “bonanza”, con los precios del barril de petróleo por los cuarenta dólares después de conocerlo a más de cien, alegraba al crear un ambiente artificial, pasajero de salud financiera con reservas para atender importaciones.

    El golpecito, de momento, o quizás el porrazo después nos despertará para poner las cosas en su sitio y llamarlas por su nombre, nada agradable, ajustes que con los recortes de la Opep irán llegando.