26/04/2024
12:56 AM

Un principio para esta Navidad

Emilio Santamaría

Arturo siempre se cuidó de no tratar mal a su suegra, aunque en el fondo le era algo indiferente. Siempre había vivido con ellos. A los dos meses de casados su suegro falleció, y Marielos insistió en traerla a casa. Él había accedido, aunque de mala gana. Pero no se arrepintió nunca. Doña María era sumamente callada. Cuando Marielos empezó a ayudarlo en el restaurante, su suegra fue una valiosa ayuda en la casa, con los niños. Arturo la estimaba, pero nada más. Se cuidaba de tratarla con cortesía, pero él mismo notaba que la veía casi como un mueble más de la casa.

Un día leyó un libro titulado “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas”, y quedó impresionado con las ideas. El autor, Dale Carnegie, comunicaba un claro mensaje: “Que la vida debe ser una experiencia feliz”. Uno de sus principios le pareció inmensamente lógico: “Que se puede lograr en diez días más felicidad interesándose por otras personas, que, en diez meses, esperando que los demás se interesen por usted”. Arturo decidió aplicar esto con doña María, sí, sería su conejillo de indias.

Una noche, previa a la Navidad, los visitaron unos amigos. Llamó a doña María y la presentó como “el ángel de la guarda de este hogar”. Uno de los amigos dijo que su madre la conocía ya que ambas habían sido vecinas cuando eran niñas. Arturo vio el rostro de su suegra inmensamente sonriente.

Al despedir a los amigos, Arturo y Marielos salieron hasta el portón. Era tarde y los niños estaban ya acostados. Doña María apagaba las luces y cerraba las ventanas de la casa. Arturo sintió el brazo de Marielos enlazarlo por la cintura, y él pasó el suyo por los hombros de su esposa. Ella lo miró intensamente, y le dijo: “Gracias, Arturo, gracias por tratar a mi madre así, ahora soy completamente feliz. Esta será una maravillosa Navidad al ver que realmente te interesas en ella”.

Entraron a la casa. Arturo echó un vistazo al estante de los libros y miró aquel del que sacó esa idea fabricante de felicidad. Y se felicitó por tomar la decisión de aplicarla en su hogar.

LO NEGATIVO: Ser indiferente, sobre todo en esta época, con quienes nos rodean.

LO POSITIVO: Descubrir en esta Navidad que se puede producir felicidad, cuando nos interesamos en los demás.

¡Feliz Navidad a mis queridos lectores!

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