Los guardias forestales de una reserva de animales sudafricana estaban preocupados por la matanza de treinta y nueve rinocerontes blancos en el parque. Se descubrió que los asesinos de los rinocerontes no habían sido cazadores furtivos, sino una pequeña manada de elefantes adolescentes, la cual se comportaba como si fueran unos auténticos delincuentes juveniles.
La historia comenzó una década atrás, cuando el parque ya no podía preservar la creciente población de elefantes. Decidieron matar a muchos de los especímenes adultos, cuyos hijos jóvenes supuestamente eran lo suficientemente maduros para sobrevivir sin ellos. Así que los elefantes pequeños crecieron huérfanos de padre.
Con el paso del tiempo, muchos de estos elefantes jóvenes deambulaban juntos en grupos y comenzaron a hacer cosas que normalmente no hacen los elefantes. Lanzaban palos y agua a los rinocerontes y actuaban como los bravucones del vecindario. Sin machos adultos dominantes, los machos jóvenes exhibían un comportamiento agresivo. Algunos de ellos se volvieron especialmente violentos y derribaban rinocerontes y los pisaban, o se arrodillaban sobre ellos y los mataban con su peso.
Los guardias del parque especularon con que estos elefantes adolescentes estaban actuando mal porque no tenían modelos de conducta. La solución fue introducir un macho adulto que los dirigiera y contraatacara sus comportamientos pendencieros. Pronto, el nuevo macho estableció el dominio y puso en su lugar a los jóvenes. La matanza de rinocerontes se detuvo y los elefantes adolescentes recibieron orientación. Rectificaron su comportamiento, lo cual los salvó de morir sacrificados.
Si la necesidad de una figura masculina es fundamental en el mundo animal, ¡cuánto más en las familias humanas! Los padres desempeñan un papel único en la crianza y el desarrollo de sus hijos, proporcionando orientación y liderazgo que complementa el rol de las madres. La ausencia paterna puede llevar a problemas como la delincuencia, la adicción, el suicidio y la promiscuidad sexual en los hijos. Por lo tanto, es fundamental que los padres estén presentes y comprometidos en la vida de sus retoños desde el principio, ya que su ausencia puede tener consecuencias graves, duraderas y, muchas veces, irreversibles.
