El concepto de la democracia alude a un tipo de organización del Estado en el cual los ciudadanos eligen a las personas que quieren que les gobiernen.
Pero se eligen a través de la política. Pero no llegan allí con espíritu de servicio, es un trabajo más, un modo de vida. Para lograrlo hacen de todo por el partido que los cobija. Allí aprenden a ser lo que se requiere para triunfar en ese ambiente. Lo que sea.
Desde temprano en sus pasos entienden que servir al pueblo, trabajar por sus necesidades, mejorar el país, no va en la misma dirección que sus intereses personales y ambición. En ese ambiente hay que ser soldado y seguir órdenes sin cuestionar. El lema es: primero el partido, segundo el partido y tercero, el partido siempre.
Dios y patria son palabras que usan con frecuencia para dar la impresión de integridad. Más adelante, al alcanzar un estatus importante, empiezan a utilizar al partido para sus fines y en algún momento este pasa a un segundo plano, ya que sucumben a las tentaciones que el poder político les ofrece. Y en ese punto se volvieron dioses, vendieron su alma al diablo, y su autoestima deformada, agigantada patológicamente les empieza a nublar el raciocinio y se vuelven déspotas y ven a los demás por encima del hombro. No defienden una ideología, sino la conservación del poder, el beneficio personal que les otorga, y harán lo que sea necesario para ello. Tenemos varios ejemplos de lujo aquí cerca.
En nuestro país es como una sociedad pública con fines de lucro. No aceptan a cualquiera. Es requisito indispensable para ingresar despojarse de la conciencia. Y de aquí saldrán los políticos que serán los representantes del pueblo para dirigir el país. ¿Representantes? Tal vez de apodo.
Eso es lo que ha pasado a través de décadas. Incapaces en el gobierno. Que le rinden cuentas a sus partidos políticos y sus dirigentes únicamente. Que son capaces de vertir opiniones estúpidas por defender su partido (servilismo puro). Que ven al pueblo como estorbo. Aquí la democracia tiene una particularidad extraña. Se eligen los peores representantes para que gobiernen. Así somos aquí. Mientras las decisiones sean eminentemente políticas por estas entidades oscuras que llegan al poder, seguiremos viendo en primera fila lo que estamos viviendo. Gobernanza para fines partidarios, caos, despotismo, desesperanza, inseguridad, pésimo nivel de vida. Y una abrumadora sensación de impotencia por no poder hacer nada al respecto. Así nos tienen estos. Reventados.
