28/04/2024
11:35 AM

¡Guerras
y el fin!

Alejandro Espinoza

“Nunca hubo una guerra buena ni paz mala”: Benjamín FranKlin.

Todas las guerras no nacen por casualidad, muchas tienen profundas raíces políticas y económicas; para algunos, la guerra es la continuación de la política por otra vía, pero la sociedad, después de vivir las guerras y pandemias, tiene mayor conciencia y esto obliga a cambiar. Se debe pensar en una sociedad más civilizada, en una sociedad moderna con el uso de redes sociales, la información exagera o exacerba las ansiedades ya existentes y deriva en pánico colectivo y brotes sicológicos. La humanidad, a pesar de guerras, conflictos y pandemias, ha demostrado resiliencia, con líderes que toman decisiones asertivas y convierten los momentos difíciles en una oportunidad. Esta resiliencia es un término que deriva del verbo en latín resilio, resilire, que significa “saltar hacia atrás, y rebotar”. Es la capacidad de sobreponerse a los momentos difíciles; las consecuencias de las guerras siempre son lamentables. Además de la pérdida de vidas humanas, afecta la salud física y mental de la población, la incapacidad de la respuesta local para atender los desplazados y heridos y contaminación del medio ambiente lo cual lo destruye. Es el tiempo de discernir tanto lo bueno como lo malo, algunas personas pueden ver los diamantes, pero otros solo ven los demonios; la palabra discernir viene del griego “diakrisis” que indica distinguir, decidir, todos tenemos un espíritu, un alma y un cuerpo. Como seres humanos no podemos separar estos elementos, nuestros sentidos no se pueden separar. Es anunciado el regreso masivo de los judíos a Israel Isaías 43:6. El anticristo hará un pacto de paz con Israel, Isaías 28:18. El templo será reconstruido en Jerusalén. Mateo 24:15. El anticristo romperá su pacto con Israel y traerá la persecución mundial. Zacarías 11:16. Israel reconocerá a Jesús como su Mesías. Zacarías 12:10. Mirad que nadie os engañe, Israel es perseguido por Hamás, Hezbolá, la persecución ha iniciado. Mateo 24:4-6.