27/04/2024
02:50 PM

El día después

Elisa M. Pineda

Celebramos el Día del Niño con dulces, piñatas y obsequios. Por un día, las carencias se olvidaron y la niñez de Honduras recibió atención colectiva.

Muchos recibieron quizás el único regalo en todo el año y la celebración tuvo por eso un efecto mayor para sus vidas: les dejó un recuerdo valioso.

Hoy los niños de Honduras vuelven a la realidad de siempre: la educación y la salud siguen siendo precarias, el trabajo infantil sigue acechando, la violencia también.

La Red Coordinadora de Instituciones Privadas Pro las Niñas, Niños, Adolescentes Jóvenes y sus Derechos, Coiproden, advierte en redes sociales que Honduras registra un incremento del 16% en muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud. Del primero al 31 de agosto de este año se registraron 52 víctimas, de acuerdo al monitoreo de medios de comunicación que realizan.

Desde enero a agosto, “hay un acumulado de 481 víctimas y de acuerdo con estos datos, se observa un incremento de 16% (64) muertes más en comparación con el año 2022, en el que se contabilizaron 402 víctimas en ocho meses transcurridos”, señalan.

La realidad no ha cambiado, solamente celebramos una fecha. En el día después habrá que enfrentarse nuevamente con los grandes desafíos que ya teníamos.

Por otra parte, habrá que lidiar con la desilusión casi generalizada de que en Honduras de poco sirve estudiar, ante la carencia de oportunidades. Es indispensable revertir ese pensamiento que no solamente nos ancla en el subdesarrollo, sino que alimenta el cúmulo de argumentos que motivan a quienes deciden emigrar.

¿En qué momento nuestros jóvenes dejaron de pensar en el futuro? Quizás en la medida en la que el presente es demasiado incierto y complejo para hacer planes aquí.

Hay que reconocer que queda poco espacio para soñar, cuando hay que ocuparse por sobrevivir en un ambiente muchas veces hostil y poco estimulante para el crecimiento intelectual.

El día después de la celebración, esos mismos pensamientos volverán. Las dificultades no se habrán ido, quizás solo se hayan hecho a un lado.

Luego de las celebraciones nos quedará la satisfacción de haber dado un poco de alegría a aquellos corazones que aún saben sorprenderse con poco: una piñata, un pastel, una atención.

Poco habrá cambiado, salvo la noticia de que la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia, DINAF, a partir de 2024 será Secretaría de Estado.

Hoy, como todos los días, debemos recordar la enorme responsabilidad que tenemos los adultos actuales de dejar un país en mejores condiciones que las que nos correspondieron, para ellos, para los niños, para que puedan desarrollarse plenamente aquí. No hay tiempo que perder.

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