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Cuba: no más bloqueo

  • 26 septiembre 2023 /

Hace unas semanas, el gobierno de Estados Unidos decretó la ampliación, por un año más, del bloqueo económico, financiero y comercial a Cuba. El bloqueo, que se ha recrudecido a lo largo de las décadas, impuesto desde 1962, como respuesta al triunfo de la Revolución Cubana, ha tenido como objetivo derrocar al gobierno cubano -asunto que no ha logrado- con graves consecuencias para el desarrollo de Cuba como nación soberana y con terribles sufrimientos para el pueblo cubano que ha soportado innumerables carencias, incluso de medicinas y alimentos. La medida aprobada por el presidente Biden ocurre a unos cuantos días de que sea sometida a la Asamblea General de las Naciones Unidas la resolución de condena al bloqueo, resolución que se viene aprobando desde hace muchos años, con una inmensa mayoría de los votos de las naciones, reclamo al que los Estados Unidos ha puesto oídos sordos.

Estados Unidos no aceptó que, a unos pocos kilómetros de sus costas, Cuba desarrollara una revolución nacionalista con la nacionalización de sus principales recursos, hasta ese entonces, en manos de empresas estadounidenses. El bloqueo ha tenido, por tanto, como meta, derrocar al gobierno cubano, vencerlo por el hambre y las carencias, pero la férrea voluntad de ese pueblo ha impedido que eso ocurra, asunto que ha irritado más a las administraciones de Estados Unidos que les ha conducido a endurecer, con el paso del tiempo, las sanciones en contra de Cuba y su pueblo.

Al principio del bloqueo, Estados Unidos participó en actos terroristas en contra de Cuba: incendio de sus cañaverales, asesinatos de sus ciudadanos, derribo de aviones civiles llenos de pasajeros, detención de los buques que comerciaban con la isla y una invasión fracasada a Bahía Cochinos, que fue una importante derrota de Estados Unidos en América Latina y el Caribe.

Esta política agresiva por parte de Estados Unidos hacia Cuba orilló al gobierno de la revolución a establecer relaciones diplomáticas y de cooperación financiera y económica con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que auxilió firmemente al país y garantizó su soberanía y el nos ser invadido nuevamente por los opositores con el apoyo de los estadounidenses. A este respaldo se sumaron los demás países socialistas del Este de Europa y muchos países asiáticos, incluido China.

A pesar de esta agresión permanente, Cuba logró cifras en el desarrollo de su capital humano que no los ha alcanzado ningún país latinoamericano que se precia de ser democrático: redujo el analfabetismo a cero, desarrolló la educación a niveles extraordinarios con una cifra asombrosa de egresados universitarios y ningún niño sin asistir a la escuela, decretó a la educación secundaria como obligatoria, desarrolló un sistema de salud con atención primaria y atención de alto nivel científico con grandes institutos y hospitales con una alto grado de investigación, proveyó de vivienda a todas las familias, puso al acceso del pueblo la electricidad y el agua potable, el gas para cocinar, el trabajo para todos y los libros a precios sorprendentemente bajos. Recuerdo que en la ocasión en que se editó “El amor en los tiempos del cólera”, la famosa novela de Gabriel García Márquez, con un tiraje de dos millones de ejemplares, la obra se agotó en las librerías y estas pusieron un rótulo que decía “Si Ud. tiene la novela de García Márquez y ya la leyó, puede traerla a la librería para ofrecerla a otros lectores que la buscan”. Cuba desarrolló su industria básica, produjo casi todo lo que consumía y llegaron a fabricar motores, avionetas, barcos, autobuses, grifería, perfumería, todo lo relacionado con la construcción. Todos estos productos se promocionan en la Feria anual de la industria.

Trump volvió a recrudecer el embargo, ahora incluso persiguiendo los buques que transportan combustibles a la isla, impidiendo que los norteamericanos viajen a Cuba y que Cuba recibiera medicamentos e insumos con motivo de la pandemia.

A pesar de sus carencias, el pueblo cubano siempre muestra su generosidad frente a las desgracias naturales y políticas de otros pueblos: fueron los primeros en llegar con apoyo durante el Fifí, el Mitch y las tormentas gemelas que nos azotaron hace poco. Las brigadas médicas cubanas han suplido la carencia de médicos en varias áreas del país y Cuba siempre se ha mostrado solidaria con nuestro pueblo y sus dificultades. Honduras debe estar agradecida por la solidaridad cubana a nuestro pueblo y por eso es justo el reclamo de la presidente de que cese, de inmediato, el embargo a Cuba.

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