04/05/2024
03:41 AM

Aprovechar la temporada

Roger Martínez

Una vez comenzado noviembre, hasta aquellos que, inculpable o deliberadamente, ignoran el sentido auténtico de las navidades, comienzan a contar los días que faltan para la Nochebuena. Y es que, y ustedes estarán de acuerdo conmigo, es esta la época más bonita y entrañable del año. Ya desde octubre, seguramente queriendo adelantar el espíritu navideño, comencé a ver decoraciones ligadas con las fiestas de Navidad no solo en algunos comercios sino también en casas de habitación.

Pienso, y espero que los que me leen también, que debemos aprovechar la temporada no solo para gastar un poco más sino para recuperar la paz interior; para ver hacia nuestro alrededor con optimismo y hacer todo lo posible por caminar hacia adelante con esperanza. Los que vivimos en Honduras, y, en general, el mundo entero, estamos por concluir un año complicado. Con una invasión rusa a Ucrania que ya va para el segundo año y una guerra en Oriente Medio, como marco del panorama mundial, y una situación de multicrisis: económica, política, migratoria, etc. en nuestro país; los nacimientos, los árboles y las luces, nos hacen volver la mirada, una vez más, hacia el origen de estas celebraciones: el nacimiento de Jesús, y nos permiten respirar otros aires, por encima del odio que algunos esparcen incisiva y cotidianamente, y a recordar que, aunque suene cursi, las relaciones humanas deben estar presididas por el amor. Un amor que debe reflejarse en el respeto, la tolerancia, la exclusión del insulto y la descalificación, el reconocimiento de la dignidad que nos es inherente.

A todos nos suele suceder que esperemos con gran ilusión estas fechas y que luego se nos pasen como “algodón de azúcar”; llegamos a enero y, gracias a las prisas, al corre - corre, poca cuenta nos dimos de los días que estábamos viviendo. Por eso mi intención de apelar a la inteligencia y a la voluntad de mis lectores, para que, desde ya, se preparen para vivir más intencionalmente esta Navidad 2023 y que hagamos propósitos serios para que 2024 sea un año mejor, con reales perspectivas de mejora personal y colectiva, y en el que haya una búsqueda sincera de fraternidad y de un real bien común.

Como decía recientemente en uno de los actos de graduación de Unitec, su rectora, Rosalpina Rodríguez Guevara, en un país polarizado es muy difícil aspirar al desarrollo, porque para llegar a él hace falta un esfuerzo conjunto. Y no es puro lirismo. Ese debe ser el deseo de godos aquellos que tenemos, aunque sea un poquito de cariño por esta tierra que tan generosamente nos acoge.