Esa misma noche, el muchacho se suicidó. La decisión de Buber refleja lo que en ese momento eran las prioridades en su vida. Para él, el discurso de la conferencia fue más importante que aquella persona. Luego de ese evento, el filósofo admitiría que siempre había sentido remordimiento por esa decisión.
John Powell indica que una forma de reconocer cómo está nuestra vida en relación con este tema es haciéndonos la pregunta: ¿cuáles son mis reacciones respecto a las cosas? Por ejemplo, imagine que usted es una madre que acaba de limpiar el piso de la cocina y entra su hijo con unas flores en la mano, pero con los zapatos llenos de lodo dejando huellas por todos lados, ¿qué es lo primero que haría? ¿Regañaría al niño o recibiría el presente con los brazos abiertos, aunque después tuviera que dar algunas indicaciones de higiene?
O imagine que es un padre que recibe una llamada de su hija diciéndole que acaba de chocar el único carro de la familia, admitiendo haber tenido la culpa. ¿Cuál sería su primera reacción? ¿Se enfurecería recriminando el error o le diría algo como “Me alegro que nadie resultó herido, no te preocupes por el carro, este se puede reemplazar, pero tú eres irreemplazable”?
Dios nos ayude a valorar siempre a las personas por encima de las cosas.