25/04/2024
09:40 PM

Objetivos de desarrollo sostenibles

  • 02 agosto 2021 /

El compromiso de Honduras con los objetivos de desarrollo sostenibles de las Naciones Unidas necesitan ser sometidos a una revisión exhaustiva para ver cómo avanza el país en esa dirección, ya que los últimos acontecimientos en materia climática, educativa y económica hace necesario que se revisen esas metas para poder tomar las acciones que nos hagan retomar el rumbo que llevábamos antes de la pandemia.

Noé Vega

El compromiso de Honduras con los objetivos de desarrollo sostenibles de las Naciones Unidas necesitan ser sometidos a una revisión exhaustiva para ver cómo avanza el país en esa dirección, ya que los últimos acontecimientos en materia climática, educativa y económica hace necesario que se revisen esas metas para poder tomar las acciones que nos hagan retomar el rumbo que llevábamos antes de la pandemia.


Es que esos objetivos tan loables que se propusieron las naciones del mundo, si bien nos describen un mundo más justo y equitativo, todavía no vemos que las variables abordadas se muevan de una manera que signifiquen una mejora en la vida de la persona promedio.

Empero, aunque todavía no vemos esos resultados palpables y el país necesita medir dónde estamos en esos indicadores, lo cierto es que el tiempo que vivimos ha puesto en evidencia que aquellas elevadas metas en las cuales confluyeron las estadísticas, la ciencia y la política, eran totalmente razonables si el mundo quiere avanzar hacia una sociedad más justa, más limpia y más equitativa. Uno de los componentes de los objetivos de desarrollo sostenibles tiene que ver con el medio ambiente y los fenómenos naturales que han afectado a Honduras y Centroamérica, y ponen de relieve que aquellas proyecciones y metas tenían sustento científico, que el clima está siendo afectado terriblemente y para los escépticos la prueba de la realidad de aquellas proyecciones está en todas las pérdidas económicas y humanas que ha tenido el mundo. El clima es una variable omnipresente en cualquier realidad que se aborde, por lo que las determinaciones que se tomen como gobierno en el tema ambiental deben estar ajustadas lo más posible a guardar relación con los objetivos de desarrollo sostenibles, pasando de una mentalidad que contempla solo las ganancias en particular a una visión de conjunto y de corresponsabilidad.


Y qué decir de los efectos que la pandemia ha tenido en los campos educativo y laboral, donde se ha profundizado la brecha social y económica gracias a los altos niveles de desempleo, pero también se ha profundizado la inequidad al negarle a toda una generación el derecho a la educación, al menos en los términos más generales que el Estado puede ofrecer. El desempleo ha causado no solo un estancamiento de las familias, sino que también ha incidido en un mayor número de personas que han migrado y un mayor número de personas sin hogar, sin contar con el aumento de la mendicidad.

No hay duda que los objetivos de desarrollo sostenibles se han visto trastocados por estos eventos planetarios que no han dejado indemne a país alguno del globo terráqueo, por lo cual también es necesario que se revisen esos objetivos, en aras de coincidir con una realidad que tanto ha retrocedido y también se ha vuelto más compleja y más inequitativa que antes. En nuestro caso, no solo estamos hablando de ajustarnos en la medida de lo posible a los objetivos de desarrollo sostenibles, sino también poder retomar el ritmo que teníamos antes de la pandemia, para lo caer en lo ilusorio, sino basado en realidades.