26/04/2024
09:36 AM

¿Es usted congruente?

Hace ya algunos años me encontraba en la Ciudad de México dictando unas conferencias como orador asociado del célebre escritor Og Mandino, autor de “El vendedor más grande del mundo” y otros libros más de muchísimo éxito. Yo hablaba las dos primeras horas, luego venía un descanso para tomar café, y el resto del programa por dos horas más estaba en manos del famoso personaje.

Emilio Santamaría

Hace ya algunos años me encontraba en la Ciudad de México dictando unas conferencias como orador asociado del célebre escritor Og Mandino, autor de “El vendedor más grande del mundo” y otros libros más de muchísimo éxito. Yo hablaba las dos primeras horas, luego venía un descanso para tomar café, y el resto del programa por dos horas más estaba en manos del famoso personaje.


Og Mandino ya murió. Pero cada vez más considero mi amistad con él como una de las mayores bendiciones de mi vida. Conocerlo y platicar con él fue realmente fascinante. Pero trabajar codo a codo, eso fue verdaderamente una experiencia que no olvidaré nunca. Y es que Og Mandino era en su vida privada, lo que uno esperaba de él después de leer sus libros, un hombre sencillo, tremendamente práctico, con una voluntad férrea de hacer todo bien y un deseo enorme de servir a los demás. ¿Sabe usted lo que me llamaba más la atención de él? La enorme sencillez con que atendía a cada persona. Con una paciencia infinita colocaba un autógrafo en cada uno de sus libros. Y le eran presentados decenas de ellos por las largas filas de personas después de cada conferencia. Y estrechaba la mano de cada uno y hasta se tomaba fotografías con los que se lo solicitaban.


Muchas veces me he preguntado dónde reside el secreto de personajes como Og Mandino, Norman Vincent Peale, o el extraordinario Dale Carnegie para tener ese formidable éxito como escritores, como oradores y como maestros en el arte de vivir. Y creo encontrar la respuesta en el hecho de que actuaban de acuerdo con lo que decían. Se ganaron el derecho de influir para bien en la vida de los demás porque había una coherencia completa entre lo que decían y la forma como se comportaban siempre.


Una expresión romana dice “Exemplum docet”, el ejemplo enseña. Y algunos piensan que es la única forma real de enseñar. Por otro lado, ilustrando su falta, hay un dicho popular que dice “Que lo que lo hacemos habla tan fuerte, que no dejará escuchar lo que decimos”.


LO NEGATIVO: A pesar de nuestras acciones, tratar de engañar a los demás con nuestras palabras.


LO POSITIVO: Aprender que la coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos, nos hará creíbles.