26/04/2024
08:29 PM

Karma de la naturaleza

Alfredo Haces

Impresionante lo que ha pasado en noviembre de 2020 en Centroamérica, en especial a Honduras con esas dos tormentas y la depresión tropical que inundaron las partes bajas y derrumbaron las zonas altas de diferentes lugares del país.

Lo más lamentable es la pérdida de vidas humanas más los daños materiales que dejan en peores condiciones a un país catalogado entre los más pobres del mundo. Donde el 64% vive en la pobreza.

Estos fenómenos naturales de Eta y Iota causaron tantos daños momentáneos y visibles que la mayoría de los 9 millones 300 mil habitantes se olvidaron de la amenazante pandemia del coronavirus.

Pues el uso de mascarillas, lavado de manos y distanciamiento social y las estadísticas especialmente a través de la cadena nacional por estas inundaciones desaparecieron.

Estas catástrofes que en las últimas décadas se han registrado en intervalos de tiempo aproximados, pues desde el peor desastre del huracán Fifí, categoría 2 en septiembre en 1974, seguido del huracán Mitch en octubre, categoría 5 en 1998, y hoy estas dos tormentas tropicales en noviembre de 2020 han sido y son un aviso del poder de la naturaleza.

Honduras ha sido y sigue siendo una de las naciones más afectadas por los gobiernos que no han prevenido las deforestaciones, por el contrario, las han motivado y practicado al no haber leyes protectoras que funcionen para la protección de los bosques.
Igual sus ríos son explotados y no tienen un mantenimiento adecuado. Sus aguas son desaprovechadas por la falta de represas que resolvería la crisis energética y el sucio negocio de la energía térmica.

Una verdadera manifestación de la madre naturaleza. Falta que ver si los próximos gobiernos se acuerdan de que prevenir es de sabios y lamentar es de necios en un país llamado Honduras.