26/04/2024
12:56 AM

¡Increíble historia, gran lección!

Un amigo me contó una extraña e increíble historia. No creo que haya ocurrido nunca. Ni él mismo pretende que sea verdadera.

Emilio Santamaría

Un amigo me contó una extraña e increíble historia. No creo que haya ocurrido nunca. Ni él mismo pretende que sea verdadera. Sin embargo, entraña una lección tan clara, que quiero compartirla con mis lectores. Se trata de un hombre que acudió a su médico con un raro mal para el que deseaba cura, estaba perdiendo la memoria.

El doctor lo examinó cuidadosamente. Después de un par de radiografías le informó que su enfermedad tenía remedio. Sin embargo, la medicina que debería usarse, lo dejaría ciego. En otras palabras, aquel hombre tenía que elegir entre conservar la memoria y quedar ciego, o conservar la vista y perder la memoria.

Le pidió al doctor una semana para pensarlo, pero el hombre no se presentó. Tiempo después el doctor lo encontró en la calle y le recordó la decisión pendiente.

El paciente sacó una libreta, buscó acuciosamente entre sus páginas, y una vez que ubicó el caso, le dio la respuesta, había decidido escribir todo lo que recordara y que a su juicio podría serle de alguna utilidad. Así, aunque perdiera la memoria, podría consultar sus apuntes, y conservaría la vista para ver lo que ocurriera en su futuro. La decisión estaba basada en la premisa de que lo que ya había ocurrido le daba probablemente algunas experiencias. Y juzgaba muy acertadamente, que para el ser humano era mejor enfocar sus recursos al futuro que al pasado.

Tengo un amigo que llegó a Miami hace ya muchos años. Dejó riquezas y una alta posición social en Cuba. Esto fue tan duro para él, que ha pasado todo este tiempo, literalmente enfocado a “recordar lo que tuvo y la forma tan injusta como la perdió”. Otros exiliados cubanos, incluyendo a sus dos hijos que llegaron con él, han prosperado tanto, que incluso piensan que el verse obligados a salir de su país fue una bendición.

¿Cuál es la diferencia entre ellos? Uno conservó la memoria, pero perdió la visión de futuro. Los otros se vieron obligados a perder la memoria, olvidando lo que dejaron, pero conservaron la visión de su futuro.

LO NEGATIVO: Estar tan enfocados en el pasado, que dejemos de disfrutar nuestro presente.
LO POSITIVO: Conservar nuestra vista enfocada al futuro, disfrutando cada momento actual.