En una segunda fase, los investigadores colocaron una barrera de vidrio separando al lucio de las carpas. El lucio golpeó la barrera una y otra vez hasta que finalmente, después de 15 minutos, dejó de golpear el vidrio y se puso a nadar en su parte del acuario. En la tercera fase del experimento, se quitó la barrera, y entonces sucedió algo muy interesante. El lucio nadó hasta el sitio en el cual había estado la barrera, y aunque estaba hambriento y minutos antes trataba con todas sus fuerzas de devorar a las carpas, ahora se limitó a nadar a su alrededor sin siquiera atacarlas.
Este experimento explica cómo funciona la incapacidad aprendida. Y aclara el porqué muchos de nosotros no reconocemos las barreras invisibles que nos impiden alcanzar metas deseables, aunque las necesitemos urgentemente. ¿Quiere un ejemplo específico? Piense en cosas que alguien sabe que le ayudarían ahora que tiene que trabajar desde su casa a través de una computadora, internet, comunicándose virtualmente en línea por plataformas como Zoom o Webex, bien sea para entrenar, vender o comunicar ideas juntas a distancia.
¿Le ayudaría saber cómo presentar en línea con eficacia? ¿Poder hacerlo sintonizando con su audiencia invisible? ¿Podría lograr eso? Yo sé que sí, porque trabajo en Dale Carnegie Training, donde justamente desarrollamos esta y otras habilidades virtuales. Postergar el desarrollo de esas actitudes y habilidades puede ser el imaginario vidrio que le separe de logros importantes.
LO NEGATIVO: Autoimponernos barreras, llenando nuestra vida de incapacidad aprendida.
LO POSITIVO: Comprender que nadie sabe de lo que es capaz, hasta que lo intenta.
