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Conspiradores  

  • 03 febrero 2020 /

    Por la víspera se conoce la fiesta, nos recuerda muy sabiamente el dicho popular que es una seria advertencia a prevenir, a consolidar las instituciones y, sobre todo, a fortalecer la moral y el espíritu de las personas en cuyas responsabilidades debe evidenciarse la naturaleza misma del objetivo en beneficio de la sociedad. En el caso que abordamos hay un pasado de mediano plazo y hay una víspera de escasas horas, cuyo mensaje no es otro que la brega en tiempos muy difíciles se ha iniciado ya.

    El fiscal general en la ceremonia del quinto aniversario de la Agencia Técnica de Investigación Criminal no se anduvo por las ramas. Al referirse al descomunal desafío del Ministerio Público, advirtió “a quienes hoy conspiran contra el Ministerio Público que esa aventura no va a ser un día”, pues su confianza está plenamente puesta en hombres y mujeres “para hacer de este país un lugar mejor”.

    Las palabras lo dicen claro, pero mucho más nítidas serán cuando los hechos sigan abriendo el camino a los fiscales para adentrarse de lleno en acciones criminales o delictivas para investigar, obtener pruebas, llegar a los tribunales a presentar requerimiento con la certeza de que su labor es puerta abierta para hacer justicia a víctimas no solo individuales o familiares, sino al colectivo social que somos todos, con el saqueo del erario público, evidencia de la corrupción.

    Durante algunos años el señalamiento más común a la labor de la Fiscalía era su debilitamiento y fallos en la investigación de los crímenes. Falta camino que recorrer y es más que necesario capacitar al personal, pero también respaldar con un presupuesto digno y adecuado la labor exigida por la sociedad para avanzar en la seguridad de las personas y en la convivencia armónica. Se puede eliminar un organismo por decreto, pero también se puede asfixiar por estrangulamiento al limitarse los recursos para desarrollar eficientemente su labor.

    Con el antecedente de la Maccih se percibe un mensaje no muy favorable para otras fiscalías, lo que quedó sumamente claro en las palabras del fiscal general, quien concretó que hay sectores en la sociedad que “bajo apariencia de buenas intenciones van a esconder los más perversos y aviesos fines”.

    El panorama está a la vista y los señalamientos de una ruta escabrosa no deben asustar, porque la alusión a una posible noche de insomnio da paso, con mayor seguridad, a una mañana de lucidez que sigue esperando la luz del pleno día con triunfo de la justicia en los tribunales.