Samuel Weiss, escribió sobre cómo marcar y fijar nuestras metas personales: “Dios nos concedió algo de su poder creador cuando nos dio imaginación para ver las cosas no como son, sino como quisiéramos que fueran, y después capacidad de trabajo para convertir en realidad lo que somos capaces de imaginar”. Weiss nos habla así de dos elementos sobre nuestras metas, uno “capacidad de imaginar”, y dos “capacidad de trabajar”. Asegura que juntos son dinamita, pero por separado pierden mucho de su fuerza.
¿Conoce usted gente que solamente imagina? Es esa gente que pasa soñando, que en teoría resuelve todos los problemas, pero desgraciadamente dejan todo a nivel de pensamiento. También hay gente que solamente trabaja, pero no imagina, y así, a pesar de toda su actividad, no van demasiado lejos. Dios nos dio la imaginación y debemos utilizarla, pero nos dejó la tarea de realizar lo que imaginamos. ¿Una idea nueva? Bueno, hay unas palabras en la vieja iglesia anglicana en Susexx, Inglaterra, escritas en 1730: “Una visión sin una tarea es como un sueño. Una tarea sin una visión no es más que un trabajo fatigoso. Una visión y una tarea son la esperanza del mundo”.
Cuando las cosas van mal haremos mal en ir con ellas. Imaginemos cómo cambiarlas y trabajemos para que ese cambio sí se produzca.
LO NEGATIVO: Imaginar sin trabajar o trabajar sin imaginar.
LO POSITIVO: Entender la formidable fuerza que hay en imaginar y trabajar en hacerlo realidad.