26/04/2024
12:56 AM

Cumbre conciliadora

La XXVI Cumbre Iberoamericana celebrada en Guatemala ha sido inesperadamente conciliadora, pasó casi de puntillas sobre las graves crisis en Venezuela y Nicaragua y hasta esquivó otros asuntos espinosos, tales como la corrupción. Ni en la reunión de cancilleres ni en la sesión plenaria de los mandatarios la situación de Venezuela y de Nicaragua se llegó a discutir abiertamente, aunque el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, intentó encender el debate.

Alvarado pidió que la comunidad internacional utilice “la diplomacia y el multilateralismo como herramientas válidas frente a los graves acontecimientos” en Nicaragua y criticó las “reiteradas violaciones a los derechos humanos” en Venezuela.

Así como fueron virtualmente ignoradas las crisis de Nicaragua y Venezuela, dos asuntos candentes en la Organización de Estados Americanos (OEA), que también faltó a la cita, muy poco se habló en esta cumbre sobre corrupción, un tema central del debate político en toda América Latina y en especial en la propia Guatemala.

Tan es así que el presidente anfitrión, Jimmy Morales, aseguró en la cumbre que su país es “ejemplo de lucha contra la corrupción” y criticó la “justicia selectiva”. Fue una aparente alusión a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), auspiciada por la ONU para ayudar a la Fiscalía guatemalteca en la investigación de tramas corruptas y a la que Morales ha decidido no renovarle el mandato que vence en septiembre de 2019, lo que fue considerado una virtual expulsión.

Tampoco se habló sobre el viraje a la derecha que ha dado en los últimos meses la política latinoamericana, reforzado desde Brasil con la victoria en las urnas del ultraconservador Jair Bolsonaro. Pese a que la opción elegida por los brasileños ha creado cierta inquietud en la región, el presidente Michel Temer, que entregará el poder a Bolsonaro el 1 de enero, garantizó que la transición es “tranquila” . EFE