25/04/2024
10:20 PM

El verdadero problema

La raíz del problema humano es mucho más profunda...

Jibsam Melgares

¿Qué le pasa a la humanidad? ¿Cómo es posible que después de milenios de existencia sigamos luchando con los mismos problemas de antaño? ¿Cómo se puede explicar que a pesar de tanto desarrollo en ciencia y tecnología todavía suframos de guerras, injusticia social, corrupción en el ejercicio del poder, discriminación, violencia, etc.?

Muchos dirán que se necesita más y mejor educación académica, mayor formación en los temas ético-morales o una reformulación de la mentalidad o cosmovisión colectiva. Sin duda que todo esto es necesario. Sin embargo, es insuficiente. Un buen ejemplo de lo anterior se vio esta semana en las noticias cuando el abogado Aaron Schlossberg en Nueva York, pese a su formación académica, les lanzó gritos y amenazas racistas a un par de empleados de un restaurante solo porque estaban hablando español.

La raíz del problema humano es mucho más profunda: se llama pecado y es universal. Al respecto, John Stott indica que “muchas de las cosas que inadvertidamente se aceptan en una sociedad ‘civilizada’ suponen el pecado humano... No basta una promesa: se requiere un contrato. No bastan las puertas: hay que cerrarlas y ponerles cerrojos. No basta cobrar el pasaje: hay que entregar un boleto y poner inspectores. No basta la ley y el orden: hay que tener una policía que les dé fuerza. Todo esto se debe al pecado del hombre. No podemos confiar los unos en los otros. Necesitamos protegernos de los demás. Esta es una terrible acusación contra la naturaleza humana”.

Y en otra oportunidad el mismo Stott señalaba que de nada sirve que nos den normas de conducta, ya que no podemos cumplirlas. “El mismo ser humano que halló el poder de la reacción nuclear necesita de un poder espiritual que lo libre de sí mismo y le dé un carácter moral comparable a sus logros científicos”. El ser humano necesita urgentemente de Jesús en su vida, esa es la única solución a su verdadero problema.