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08:54 AM

Sugerencia

  • 09 marzo 2016 /

Qué bueno por la Policía que se anotó un “hit” el martes. Como diría alguien hay alcalde en el pueblo.

Pudimos ver en los diferentes noticieros televisivos los allanamientos, detención de personas y otras acciones.

Esperamos que continúe este esfuerzo y que si los detenidos son culpables vayan a la cárcel sin importar si es alcalde, político, empresario millonario o exministro.

Después de ver las diferentes tomas en la televisión, pensé que siempre me ha llamado la atención el hecho de que las tomas son directamente a la cara de todos los policías que participan en estos operativos, lo que considero es muy peligroso para ellos, porque aunque usen pasamontañas siempre se les ve parte del rostro y pueden ser reconocidos por los que infringen la ley, quienes podrían atentar contra las vidas de los oficiales.

Esto lo menciono como una sugerencia, pues no es necesario que enfoquen sus rostros directamente, recuerden que los delincuentes son muy astutos y capaces de hacer mucho daño a los que cumplen con su deber, en este caso los policías y militares que arriesgan sus vidas para que los hondureños podamos vivir en paz. Tenemos esperanza y fe en que Honduras va a cambiar y vamos a poder confiar nuevamente en nuestra Policía.

Recordamos con nostalgia los días en que podíamos salir a cualquier hora de la noche con la seguridad de que íbamos a regresar a nuestras casas sanos y salvos, subir a los buses y taxis para llegar a nuestros trabajos sin el miedo de que nos asaltaran o perder, en el peor de los casos, nuestra vida.

La delincuencia en general es un flagelo que sufrimos todas las personas que tratamos de hacer las cosas de la mejor manera.

Para evitar que la delincuencia gane la batalla, desde nuestros hogares debemos educar a nuestros hijos para que sean hombres de bien. Se han hecho muchos estudios y todos coinciden en que si atendemos a nuestros hijos, y los padres somos un buen ejemplo para ellos, es muy difícil que terminen siendo delincuentes.

El mejor legado de un padre a su hijo es un poco de tiempo cada día.