<div id='DTElementID-650978' class='WebText'No cabe duda que uno de los sectores que m&aacute;s afectado ha resultado por la pandemia ha sido el de educaci&oacute;n. Miles de alumnos del sector gubernamental han enfrentado serias dificultades para continuar recibiendo el pan del saber o, tristemente, han abandonado el sistema. Los padres de familia de los que pudieron continuar han debido realizar no peque&ntilde;os sacrificios econ&oacute;micos para contar con las herramientas b&aacute;sicas indispensables para mantener a sus hijos en la escuela, desde casa. Los m&aacute;s afortunados han podido hacerse de una computadora y los que no han contado con los medios para adquirirla han debido conformarse con el acceso que puede brindar un tel&eacute;fono celular. Si el sistema p&uacute;blico ya enfrentaba retos considerables en temas como instalaciones, material did&aacute;ctico y equipamiento tecnol&oacute;gico, para no hablar de otro a&uacute;n m&aacute;s serio relacionado con la calidad docente y la de los aprendizajes logrados en el aula, la situaci&oacute;n actual vuelve a&uacute;n m&aacute;s complejo el panorama educativo. Recientemente, el secretario de Estado del ramo ha inaugurado el nuevo a&ntilde;o escolar; un a&ntilde;o 2021 en el que, como el mismo ministro ha reconocido, habr&aacute; primero que nivelar a los alumnos para reforzar aquellas &aacute;reas fundamentales que se vieron afectadas ante la interrupci&oacute;n del pasado ciclo lectivo y ante la irregularidad con que se reasumi&oacute; en solo parte de todo el sistema. Adem&aacute;s, la falta de herramientas tecnol&oacute;gicas necesarias para la teledocencia y para la hibridez no solo afecta a los estudiantes; un buen n&uacute;mero de los docentes de los niveles primario y medio tampoco cuenta con ellas por lo que se ven imposibilitados para continuar con su labor formadora. Encima, la conectividad de los hogares tiene un costo, un costo que no se hab&iacute;a contemplado en muchos presupuestos y que incrementa la presi&oacute;n econ&oacute;mica sobre las familias, tanto sobre las de los estudiantes como sobre las de los profesores. El Estado hondure&ntilde;o, pues, tiene ante s&iacute; tres retos que enfrentar para llevar adelante con &eacute;xito este nuevo a&ntilde;o escolar: dotar de herramientas tecnol&oacute;gicas a los docentes y a los alumnos y proveer de conectividad a costos accesibles a ambos. Habr&aacute; que hacer un esfuerzo conjunto de parte del Gobierno, de la iniciativa privada y de las familias, para intentar remediar los problemas de 2020 y desarrollar un a&ntilde;o lectivo 2021 con unas perspectivas m&aacute;s favorables para todo el sector y para el bien del pa&iacute;s entero.</div