Perth, Australia.
Nadie esperaba que algo anormal ocurriese. La estación australiana de la ciudad de Perth vivía este miércoles su rutina igual que cualquier otro día.
El hombre con gorra y ropa negra que intenta subir al tren provocará involunariamente una inesperada sucesión de eventos.
Su pierna queda atrapada entre el tren y la plataforma. En un espacio de solo cinco centímetros.
Otro pasajero alerta inmediatamente al personal de la estación y se evita que el tren continúe su viaje.
Dos hombres tratan de sacar el pasajero, pero no pueden.
Entonces funcionarios y usuarios tomar una decisión inusual: juntos van a empujar al tren.
El primer intento no tiene éxito. En el segundo, más personas ayudan, el vagón se mueve y el hombre finalmente logra salir.
Fue asistido por paramédicos y continuó su viaje en tren.
La empresa operadora del servicio describió el hecho como un ejemplo perfecto del poder del pueblo.
