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Tiembla el engranaje político de Brasil

  • 21 octubre 2016 /

Brasília.

Michel Temer no sería presidente sin el impeachment tramado por su colega Eduardo Cunha, pero si el otrora poderoso diputado conservador, detenido el miércoles, decidiera desvelar los laberintos de la corrupción en Brasil, podría convertirse en una bomba para el gobierno.

“Cunha tiene un potencial destructivo muy grande”, dijo a la AFP Alberto Almeida, director del Instituto Análise.

El expresidente de la Cámara de Diputados, un lobo político de 58 años a quien muchos comparan con el despiadado Frank Underwood de House of Cards, cayó el miércoles en las redes del juez Sergio Moro, que investiga el escándalo de corrupción de Petrobras, y la posibilidad de que negocie una reducción de pena a cambio de confesiones causa sudores fríos en los pasillos del poder.

“¿Quién en Brasilia estaría inmune a una declaración premiada de Cunha?”, se pregunta el profesor de Derecho Ivar Hartmann, de la Fundación Getulio Vargas en Rio de Janeiro, al recordar que el llamado caso Lava Jato se ha llevado por delante a encumbrados empresarios y a importantes políticos de varios partidos y que tiene también en la mira al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Hombre astuto

La Justicia brasileña ordenó bloquear 238 millones de reales (74 millones de dólares) y una flota de vehículos de lujo al Cunha. Pero hasta ayer solo había conseguido inhibirle 3 millones de dólares en cuentas en el extranjero, algunos miles de reales que estaban a nombre de su esposa, Claudia Cordeiro, también investigada, y los autos. El resto de las cuentas de su sinuoso laberinto de sociedades offshore, trusts e inversiones bancarias en Suiza y EUA, estaban vacías.

“La habilidad del acusado para ocultar y disimular sobornos en cuentas secretas en el exterior, que no han sido totalmente identificadas ni embargadas, permanece incólume”, escribió el juez en la orden de arresto.

Sergio Moro es el emblema de la lucha contra la corrupción en Brasil.