Washington, Estados Unidos.
El Estado Islámico y los secuestradores del estadounidense James Foley pidieron un rescate de 132 millones de dólares por el periodista, publicó ayer The GlobalPost, uno de los sitios para los que trabajaba Foley.
La estratosférica cifra hace dudar de que sus raptores pretendieran conseguir un dinero imposible de reunir si no hay un apoyo del Gobierno. Estados Unidos mantiene una política estricta de no pagar rescates por sus ciudadanos secuestrados.
“No hacemos concesiones a los terroristas y eso incluye no pagar rescates”, reiteró ayer la portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf.
El objetivo -aduce Washington- es proteger a sus ciudadanos en el extranjero y evitar “financiar” con los rescates a los grupos terroristas. Para mostrar que sí actúa frente a los secuestradores, la administración estadounidense reveló que las fuerzas especiales estadounidenses intentaron liberar a los rehenes -entre ellos James Foley- este verano, pero la misión fracasó. En el video de su decapitación, el verdugo de Foley aparece junto a otro periodista estadounidense secuestrado, Steven Joel Sotloff, y cuya vida “depende de la próxima decisión de (presidente Barack) Obama”, según el militante de EI.
Alerta en Texas
El gobernador de Texas, Rick Perry, alertó ayer de que hay una “posibilidad muy real” de que miembros del grupo Estado Islámico (EI) hayan ingresado a Estados Unidos por la frontera con México, aunque reconoció que no tiene “ninguna evidencia” de ello. “Es cierto que hay una gran preocupación de que la frontera entre Estados Unidos y México no es segura y no sabemos quién está usando eso”, dijo Perry.
El gobernador advirtió que en los últimos meses se detectaron “altos niveles” de ingreso de “personas procedentes de países con vínculos terroristas”.
El Estado Islámico y los secuestradores del estadounidense James Foley pidieron un rescate de 132 millones de dólares por el periodista, publicó ayer The GlobalPost, uno de los sitios para los que trabajaba Foley.
La estratosférica cifra hace dudar de que sus raptores pretendieran conseguir un dinero imposible de reunir si no hay un apoyo del Gobierno. Estados Unidos mantiene una política estricta de no pagar rescates por sus ciudadanos secuestrados.
“No hacemos concesiones a los terroristas y eso incluye no pagar rescates”, reiteró ayer la portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf.
El objetivo -aduce Washington- es proteger a sus ciudadanos en el extranjero y evitar “financiar” con los rescates a los grupos terroristas. Para mostrar que sí actúa frente a los secuestradores, la administración estadounidense reveló que las fuerzas especiales estadounidenses intentaron liberar a los rehenes -entre ellos James Foley- este verano, pero la misión fracasó. En el video de su decapitación, el verdugo de Foley aparece junto a otro periodista estadounidense secuestrado, Steven Joel Sotloff, y cuya vida “depende de la próxima decisión de (presidente Barack) Obama”, según el militante de EI.
Alerta en Texas
El gobernador de Texas, Rick Perry, alertó ayer de que hay una “posibilidad muy real” de que miembros del grupo Estado Islámico (EI) hayan ingresado a Estados Unidos por la frontera con México, aunque reconoció que no tiene “ninguna evidencia” de ello. “Es cierto que hay una gran preocupación de que la frontera entre Estados Unidos y México no es segura y no sabemos quién está usando eso”, dijo Perry.
El gobernador advirtió que en los últimos meses se detectaron “altos niveles” de ingreso de “personas procedentes de países con vínculos terroristas”.
