Pekín, China.
Periódicos chinos llevan con frecuencia informes sobre el abandono de los recién nacidos. Un caso reciente fue cuando encontraron en una tubería de aguas residuales a un bebé de cinco meses, en la provincia de Zhejiang.
La policía de Pekín ha logrado rescatar con vida a una niña recién nacida a la que, supuestamente, su madre tiró a un urinario público, después de que algunas personas escucharan el llanto del bebé y alertaran a las autoridades.
Los agentes de seguridad fueron alertados por residentes sobre los continúos llantos de un bebé que procedían de dentro de uno de los retretes de su vecindario. 'La cabeza del bebé estaba hacia abajo y casi todo su cuerpo ya había caído en el desagüe. Solamente se podían ver sus pies', aseguró el policía que ubicó y rescató a la niña, Qian Feng, a medios locales.
Los agentes pidieron apoyo a los bomberos pero en un intento por salvar a la bebé con vida la sacaron con sus propias manos. 'No paraba de llorar. Volví a mirar y pensé que debía intentar sacarla', explicó Qian. Las imágenes grabadas por la Policíamuestran al agente arrodillado frente al inodoro tratando de alcanzar al bebé.
Después de que Qian tirara con éxito del cuerpo del bebé incrustado en la tubería, los lugareños la envolvieron en una toalla y la enviaron al hospital. La Policía está investigando quién la dejó en el baño público.
 Los policías creen que la madre arrojó la bebé al inodoro tras dar a luz.
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Con esta noticia, se ha vuelto poner sobre la mesa el debate de la política de hijo único en China que, pese a haber sido reformada en diciembre de 2013 para permitir un segundo hijo, ha sido durante años motivo para el abandono masivo de niños ante la incapacidad de las familias a pagar las multas impuestas por el Estado al tener más vástagos. Se estima que 10.000 bebés son abandonados cada año en China.
