29/04/2024
08:07 PM

Protestas en Hamburgo previo a la cumbre del G20

Una gran marcha, denominada “Bienvenidos al infierno”, se desarrolló ayer en la ciudad donde líderes mundiales se dan cita.

Hamburgo, Alemania.

Las manifestaciones contra la cumbre del G20 derivaron ayer en disturbios violentos protagonizados por grupos de la izquierda radical y antisistema, en un Hamburgo asfixiado por el cúmulo de protestas convocadas ante la cita de los líderes de las países más poderosos del mundo, que se abre formalmente hoy.

La presencia de un millar de encapuchados en el grueso de la marcha bautizada como “Welcome to Hell” (“ Bienvenido al infierno”), decidió a los efectivos antidisturbios a detener la manifestación y hacer uso de cañones de agua a presión para dispersarlos.

Los primeros incidentes ocurrieron poco después de arrancar la marcha, en la que participaban unos 12,000 manifestantes que llevaban concentrados en una popular plaza del barrio de St Pauli desde primera hora de la tarde, a la espera de iniciar su recorrido e intentar llegar a 300 metros del centro de congresos donde se celebrará la cumbre.

La policía antidisturbios dispersó con gas y agua a los manifestantes llegados de varias partes de Alemania y países vecinos.
Se produjeron los primeros lanzamientos de objetos contra los antidisturbios, que actuaron para deslindar a los grupos de violentos del resto de manifestantes, en su mayoría pacíficos. La policía informó a continuación de la quema de un automóvil y de la agresión sufrida por su portavoz, Timo Zill, cuando realizaba unas declaraciones a un medio, pero poco después comenzaron los incidentes más graves, con ataques a los agentes, barricadas y la rotura de escaparates y mobiliario urbano.

En un radio de 43 kilómetros cuadrados de casco urbano, entre el centro de congresos y los lugares donde se alojan las 36 delegaciones asistentes a la cumbre, además de las rutas previstas para sus desplazamientos, impera el veto a toda manifestación y sólo se permite el acceso a los vecinos acreditados como tales.

El centro de la ciudad, de 1,7 millones de habitantes, aparecía en la víspera de la cumbre prácticamente desierta: quien podía permitírselo había optado por irse a pasar un par de días fuera.

Hay más marchas programadas.
En todo el barrio de St Pauli, el corazón combativo y rebelde de Hamburgo, por donde iba a discurrir la marcha, solo se veía policía, manifestantes o periodistas.

La marcha la encabezaba una gran pancarta que pedía “pulverizar” el G20 (“Smash G20”). Para mañana está prevista otra gran manifestación convocada por grupos de extrema izquierda.

“Tienen secuestrados los derechos ciudadanos por un grupo que no representa a nadie, más que al capital”, comentaba a Efe, poco antes de empezar la marcha, Andreas Blechschmidt, miembro del colectivo “Rote Flora”, una casa ocupada desde hace una década, en el corazón de Hamburgo, epicentro de la protesta de los antisistema.