27/04/2024
08:35 AM

'Popeye”, el perro fiel de Pablo Escobar

El jefe de sicarios más sanguinario del cartel de Medellín salió libre ayer en Colombia.

Bogotá, Colombia.

John Jairo Velásquez Vásquez, mejor conocido internacionalmente como Popeye, nació en Antioquía, Colombia, hace más 52 años. Su nombre entró en la historia del país sudamericano por ser uno de los pilares de la estructura criminal del cartel de Medellín, liderado por el reconocido narcotraficante Pablo Escobar.

Popeye -quien se ganó la confianza de Escobar al asesinar a su novia a sangre fría por orden del capo, tras enterarse de que era una confidente de la Policía- fue condenado hace 22 años por el homicidio del aspirante presidencial Luis Carlos Galán en 1989; pero ha reconocido haber ejecutado unos 300 asesinatos y coordinado otros tres mil. En 2005 escribió el libro “El verdadero Pablo. Sangre, traición y muerte” .

Velásquez, uno de los sicarios más sanguinarios de la historia colombiana, ganó fama tras revelar los detalles de la dinámica de las operaciones del cartel de Medellín. El hombre ante quien los enemigos de Pablo Escobar temblaban, durante años prestó sus servicios al reconocido narcotraficante, quien al final lo dejó abandonado en una celda, con 22 años de condena. “Llevo 21 años y seis meses preso. Pertenecí al cartel de Medellín como mano derecha de Pablo Emilio Escobar Gaviria”, dijo Popeye el año pasado, aunque, con orgullo.

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Sicariato

“Escalé hasta convertirme en jefe de sicarios por ¡disciplina! Todo el mundo dice que Pablo Escobar era el cartel de Medellín, no. Pablo Escobar era la cabeza y nos enseñó a trabajar a todos; pero los que creamos la locura fuimos nosotros que trabajamos en Bogotá, en el exterior, en Medellín y en Cali”, recuerda el otrora integrante de la organización criminal autodenominada Los Extraditables, dirigida por Escobar.

El hombre que vivió para matar y que mató para vivir ha utilizado su tiempo en prisión para mantenerse en forma caminando y saltando el lazo. Sobre el sicariato comenta: “Un sicario profesional es un hombre que no mata por placer, es un hombre que es disciplinado. El asesino malo cierra los ojos y vacía el revólver. El sicario profesional inicia con un revólver y la pistola es para la salida, por si tiene un encuentro con los escoltas del objetivo o con las autoridades. Y siempre mira de frente”.

Lealtad y obediencia

“Popeye” estuvo preso un año cuando se sometió por primera vez a la justicia, en junio de 1991, junto con Escobar, pero escapó con este y otros sicarios de la cárcel de La Catedral en julio de 1992. Volvió a entregarse a las autoridades dos meses después.

Su lealtad hacia su jefe duró hasta el último momento. “Cuando me despedí de él, yo le di un abrazo y nos miramos a los ojos. Yo salí de la caleta y luego salió él en un Renault 4. Yo estaba en la cárcel Modelo cuando lo mataron, ese día me lloraba el alma, me sentí un cobarde por haberlo dejado solo”.

“Popeye” sabe que su vida penderá de un hilo al recobrar hoy su libertad, gracias a los cientos de enemigos que se granjeó durante su “profesión”.

“Un 80% a que me matan y 20% a que corono. Ese es el juego. Yo tampoco soy huevón. ¿Voy a pagar 22 años de cárcel para irme a buscar enemigos y decirles: ‘Oiga, dispárenme aquí?’ No. Yo me cuido y, si un tipo viene a matarme, pues me defiendo. Yo no soy suicida”, concluye.