Los partidos políticos de Guatemala han gastado unos 35 millones de dólares en la campaña de las elecciones del 11 de septiembre, parte de los cuales tienen procedencia dudosa en un país amenazado por la violencia y el narcotráfico, según un ente que vela por la transparencia.
Cada 24 horas, los partidos gastan unos 335,000 dólares en propaganda, mientras dos millones de guatemaltecos sobreviven con menos de un dólar al día, según un informe que calcula el gasto desde el inicio formal de la campaña, el 2 de mayo.
Tres aspirantes presidenciales, incluida la impugnada ex primera dama Sandra Torres, han gastado por sobre el límite de 6.2 millones de dólares fijado por el Tribunal Supremo Electoral, según Mirador Electoral, instancia que agrupa a siete entidades que velan por la transparencia en la función pública.
“La falta de transparencia en la adquisición de fondos de los partidos políticos representa un gran riesgo porque puede ser dinero sucio, del crimen organizado y el narcotráfico”, dijo Marco Antonio Barahona, director adjunto del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos, que integra Mirador Electoral.
Los gastos aumentarán de ser necesaria una segunda vuelta electoral en noviembre, si ningún postulante se adjudica la presidencia el 11 de septiembre.
Pérez, el de mayor inversión
Casi un tercio del gasto total en la campaña, 11.5 millones de dólares, corresponden al opositor Partido Patriota (PP, derecha), cuyo candidato, el general retirado Otto Pérez, es el favorito de los sondeos.
En segundo lugar se ubica la gobernante Unidad Nacional de la Esperanza (UNE, socialdemócrata), con 8 millones de dólares. Sin embargo, este gasto no sirvió para mantener en carrera a su abanderada Sandra Torres, que fue excluida por el tribunal electoral, decisión avalada en última instancia por la justicia. El partido derechista Libertad Democrática Renovada (Líder), que postula a Manuel Baldizón, segundo en las encuestas, está a punto de alcanzar la meta de 6.2 millones de dólares en el gasto, según el informe.
Los otros ocho partidos que postulan candidatos presidenciales han gastado menos de la mitad del techo establecido por el Tribunal Electoral, según Mirador.
“Es necesaria la promoción de una reforma a la ley electoral donde se den atribuciones reales al poder electoral y así vigilar el financiamiento de los partidos políticos antes y durante la campaña electoral”, dijo el presidente de Acción Ciudadana, Manfredo Marroquín, otro integrante de Mirador.
En Guatemala, los partidos financian sus campañas con donaciones, pero las entidades que promueven la transparencia temen que parte de los recursos provengan de sectores interesados y eventualmente del crimen organizado y traficantes de drogas.
“El financiamiento privado busca el anonimato, porque se busca evitar dar el nombre de los donadores, quienes tienen un precio porque nada es gratuito y buscan una recompensa” cuando su patrocinado gana la presidencia, dijo Barahona.
La estimación de 35 millones de dólares gastados en 100 días de campaña se basa en cálculos de desembolsos en avisos de televisión, radio, prensa escrita, vallas publicitarias, transporte terrestre y aéreo y alimentación del personal, entre otros.
