Vietnam.
Todos hemos ofrendado flores tras la muerte de un ser querido, pero ¿Qué tal ofrendar aviones, ipads o Rolls Royce? Esto ocurre en Vietnam, donde el culto a los ancestros es sagrado.
Para celebrar la mitad del año lunar, las familias queman réplicas de papel de objetos cotidianos, llamados “hang ma”.
“Quemamos esto para nuestros familiares muertos para que sean felices. Y si son felices, nos bendecirán con buena salud, felicidad y suerte”, dijo Do Mai Hoa.
Quien realiza la ofrenda debe elegir como “hang ma” algo que él mismo haya comprado o desee conseguir en vida. Los objetos que quemen les otorgan a la vez un prestigio social.
“Creemos que nuestros familiares muertos recibirán estos objetos tan pronto como los quememos”, añadió Nguyen Nam.
La tradición se mantiene entre todos los estratos sociales. Una de estas figuras puede costar desde pocos dólares hasta varios cientos, según el detalle de su elaboración. Los aviones, Rolls-Royce y las mansiones con piscina, están reservados a la élite económica, tanto en la vida real como en papel.
El régimen comunista intentó en algún tiempo prohibir esta práctica para evitar el desperdicio de materiales, pero falló en su intento. Según las estimaciones de la prensa oficial, cada año se arden hasta 50.000 toneladas de papel y de objetos diversos. Incluso hay quienes queman piezas de verdad, incluidos coches. Texto, foto y video de AFP.
Todos hemos ofrendado flores tras la muerte de un ser querido, pero ¿Qué tal ofrendar aviones, ipads o Rolls Royce? Esto ocurre en Vietnam, donde el culto a los ancestros es sagrado.
Para celebrar la mitad del año lunar, las familias queman réplicas de papel de objetos cotidianos, llamados “hang ma”.
“Quemamos esto para nuestros familiares muertos para que sean felices. Y si son felices, nos bendecirán con buena salud, felicidad y suerte”, dijo Do Mai Hoa.
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“Creemos que nuestros familiares muertos recibirán estos objetos tan pronto como los quememos”, añadió Nguyen Nam.
La tradición se mantiene entre todos los estratos sociales. Una de estas figuras puede costar desde pocos dólares hasta varios cientos, según el detalle de su elaboración. Los aviones, Rolls-Royce y las mansiones con piscina, están reservados a la élite económica, tanto en la vida real como en papel.
El régimen comunista intentó en algún tiempo prohibir esta práctica para evitar el desperdicio de materiales, pero falló en su intento. Según las estimaciones de la prensa oficial, cada año se arden hasta 50.000 toneladas de papel y de objetos diversos. Incluso hay quienes queman piezas de verdad, incluidos coches. Texto, foto y video de AFP.