Corea del Norte reivindica su estatuto de potencia nuclear. Afirma haber logrado avances significativos en el cumplimiento de sus ambiciones nucleares, en particular hacia el desarrollo de un misil balístico intercontinental capaz de llegar a Estados Unidos.
Se sospecha que el país ya posee suficiente material fisible para más de una docena de armas nucleares.
Desde 2006, ha realizado varios ensayos nucleares cada vez más potentes.
En septiembre de 2016, Pyonyang afirmó que había realizado una prueba nuclear utilizando una ojiva miniaturizada lo suficientemente pequeña como para caber en un misil.
El régimen comunista ha estado trabajando en estos misiles durante más de treinta años.
En 1984, Pyonyang probó una versión del Scud-B soviético con un radio de 300 km. Luego el país mejoró el alcance de sus misiles a 1.300 km con el Rodong-1.
En 1998, un Taepodong-1 sobrevoló Japón antes de sumergirse en el Pacífico.
Luego de una moratoria de más de 5 años sobre los cohetes de largo alcance, el país llevó a cabo en 2006 una serie de ensayos, todos fallidos, incluyendo un Taepodong-2 capaz de alcanzar Alaska.
Después de varios intentos, en diciembre de 2012 Corea del Norte disparó con éxito un cohete Unha-3 - con un rango de 6.000 a 9.000 kilómetros - para poner un satélite en órbita.