El primer ministro italiano Mario Monti le comunicó ayer al presidente de Italia que tiene la intención de renunciar luego de que su antecesor Silvio Berlusconi le retirara súbitamente el apoyo, allanando el camino para elecciones adelantadas un año después de que el gobierno de tecnócratas ayudara a la recuperación del país que se hallaba al borde del desastre financiero.
Solo unas horas antes, Berlusconi anunció en la jornada que buscará ser primer ministro por un cuarto período y aseguró que tomó esa decisión por el bien de Italia, un año después de que renunciara al caer en desgracia bajo la presión de los mercados financieros en momentos en que Italia se hallaba en un caos financiero.
La oficina del presidente Giorgio Napolitano, quien se reunió dos horas con Monti en el palacio presidencial, dijo que el primer ministro le dijo que sin el respaldo no podría seguir gobernando Italia con la efectividad requerida, cuando el país se halla bajo recesión y tratar de emerger de la crisis de la deuda soberana de la eurozona.
Monti, economista que encabeza un gabinete de tecnócratas no electo que reemplazó a Berlusconi hace un año, consultará pronto a los líderes políticos con el objeto de ver si juntos pueden aprobar un presupuesto y la ley de estabilidad financiera, que es clave para sanear las finanzas de Italia.
Una vez que haga eso, Monti “pondrá su renuncia irrevocable en las manos del presidente”, se informó en el palacio presidencial. El comunicado del palacio citó declaraciones de Monti que llegó a la conclusión de que el partido conservador Pueblo de la Libertad de Berlusconi ha emitido “un juicio de categórica no confianza en el Gobierno” y su estrategia. En declaraciones a los legisladores el viernes, el segundo del partido de Berlusconi, Angelino Alfano, responsabilizó la estrategia de austeridad de Monti.
