La Corte de Apelaciones del Segundo Circuito, con sede en Manhattan restableció la demanda de una migrante hondureña que denunció haber sido violada por un agente migratorio que la amenazaba con deportarla si no obedecía.
El tribunal dictaminó que los siete años de infierno en los que la mujer afirmó fue violada hasta cuatro veces por semana, fueron extraordinarios después de que un juez de Connecticut desestimara erróneamente la demanda el año pasado porque concluyó que nadie había litigado en el caso.
La hondureña acusó a Wilfredo Rodríguez, exfuncionario del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas ( ICE por sus siglas en inglés), al Departamento de Seguridad Nacional y a dos funcionarios de alto rango de dicha dependencia.
La demanda de 2018 presentada en un tribunal federal de New Haven, Connecticut, pedía 10 millones de dólares como indemnización por los abusos sufridos de 2007 a 2014.
La mujer relató que los abusos comenzaron luego de que le dijeron que había una orden de deportación contra ella. Según contó, Wilfredo Rodríguez le ofreció la oportunidad de permanecer en el país si le daba información sobre otros hondureños que estaban en Estados Unidos de manera ilegal, de acuerdo con la corte de apelaciones.
Después de empezar a fungir como informante, la mujer afirma que el agente le pidió en enero de 2007 que se reuniera con él en un motel, donde le exigió tener relaciones sexuales. Cuando ella se negó y le dijo que estaba casada, el agente le apuntó con un arma a las costillas mientras la violaba, dijo el tribunal de apelaciones.
La corte de apelaciones señaló que los cuatro años que la mujer esperó para interponer una demanda fue un tiempo razonable debido a que Rodríguez le dijo que la mataría si hablaba sobre lo que había vivido.
George Kramer, el abogado que representa a la hondureña, dijo que contaba con ganar la apelación, sobre todo después de que Rodríguez se apegó a la Quinta Enmienda cuando fue interrogado.
El experto en leyes dice que la información proporcionada por su cliente había conducido a la detención de cientos de individuos que se encontraban en Estados Unidos de manera ilegal.
La mujer, que fue identificada con el nombre genérico de Jane Doe, está casada y tiene dos hijos adultos. Según su abogado, por su seguridad y la de sus hijos, la hondureña ha tenido que mudarse varias veces de Connecticut aunque sigue viviendo ahí. “Sigue traumada. Nunca se supera eso. No está en buenas condiciones”, señaló Kramer.
Christina Sterling, portavoz de los abogados que representan al gobierno, rechazó comentar al respecto.
El tribunal de apelaciones dijo que la mujer “testificó que Rodríguez la violó violentamente de forma regular durante un periodo de siete años, la llenó de cicatrices con actos de violencia física, la trató como su ‘esclava’ y la amenazó con hacerle más daño e incluso matarla”.
La mujer salió embarazada por las violaciones. “En tres ocasiones durante el curso de los abusos de Rodríguez, intentó quitarse la vida, y tres veces puso fin a un embarazo causado por sus violaciones. E incluso si estas circunstancias no fueran suficientes por sí solas para impedir que lo denunciara, también estaba el hecho que de era una inmigrante indocumentada mientras que Rodríguez era un funcionario del gobierno con el poder de acelerar la deportación de ella y de los miembros de su familia”, añadió la corte de apelaciones.
La mujer dio a conocer los abusos a las autoridades solo después de que un agente de ICE la llamara por teléfono a principios de 2018 para hablar sobre la solicitud de asilo de su padre, dijo el tribunal de 2do Circuito.
De acuerdo con el tribunal, la mujer le dijo al agente que su comunidad se había enterado que fungía como una informante para las autoridades estadounidenses cuando un día se negó a realizar un acto sexual con Rodríguez dentro de una camioneta de ICE y él tomó represalias abriendo la puerta y exponiéndola a una multitud de personas que vieron que era una cooperadora.
El agente le sugirió que contratara a un abogado, cosa que hizo y que condujo a la demanda, señaló la corte de apelaciones.
“Como ella dice, tuvo que elegir entre el diablo y el profundo mar azul, arriesgando su vida en un caso y la de su padre en el otro”, dijo el tribunal en el fallo escrito por la jueza Alison J. Nathan.
“En este contexto, no podemos decir que un juez de distrito razonable que se dedique a la determinación de los hechos solo pudo concluir que el temor de Doe a las represalias era ilusorio o superable todo ese tiempo simplemente porque eventualmente logró contar su historia cuando las circunstancias cambiaron”, escribió Nathan.
