La hora de la venganza llegó. El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció sanciones contra dos agencias de inteligencia rusas y la expulsión de 35 agentes, en una masiva reprimenda contra Moscú, acusado de interferir en la pasada elección a favor del ganador Donald Trump el pasado jueves.
Obama ordenó sanciones contra los servicios secretos militares rusos (GRU) y el Servicio Federal de Seguridad (FSB), la ex KGB soviética.
Las medidas concretan la promesa del presidente de castigar al gobierno del líder ruso Vladimir Putin por presuntamente infiltrar la elección en beneficio de Trump.
Rechazadas por Moscú, que prometió retaliaciones, las sanciones de seguro aumentarán la tensión entre las dos potencias, mientras se avecina el cambio de mando en Washington, el 20 de enero.
Obama dio un plazo de 72 horas a los rusos para dejar las mansiones.
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Los búnkers de la KGB. Los 35 agentes de inteligencia -- acreditados a la embajada rusa en Washington y el consulado en San Francisco--, fueron declarados “persona non grata” y ordenados a abandonar el país antes de este domingo.
Obama también ordenó clausurar dos instalaciones rusas en los estados de Maryland y Nueva York.
La primera, una casa de verano no muy lejos de la capital estadounidense, fue una vez reseñada en una revista de lujo de Washington y descrita como una majestuosa mansión rodeada de frondosos jardines en la orilla del río Chester, con una “impresionante colección de porcelana alemana y húngara”.
El gobierno estadounidense señaló que ahora es usada para “propósitos relacionados con inteligencia”.
De hecho, en plena Guerra Fría, algunos vecinos de Maryland se opusieron a la compra del edificio por parte de los soviéticos y aseguraron a un periódico local que sentían “temor de que submarinos nucleares emergieran del río Chester”, cercano a la propiedad, con el fin de “recoger secretos y traidores estadounidenses”. Siempre se las conocieron como las mansiones en que los embajadores rusos pasaban sus vacaiones. Pero según el gobierno de los Estados Unidos, eran los búnkers secretos durante años.
La mansión fue adquirida durante los años de la Guerra Fría por la Unión Soviética. La administración de Ronald Reagan ya había colocado la lupa sobre ella: denunció que allí se hacían actividades de vigilancia electrónica sobre las industrias tecnológicas radicadas en Long Island. En aquel entonces el condado de Glen Cove la dejó sin los permisos de estacionamiento en las áreas de playa y otras sanciones menores.
El refugio de espías de Maryland es presentado como la mansión del embajador ruso dada su cercanía con Washington D.C. Sobre 20 hectáreas esta “residencia” es utilizada por diplomáticos del Kremlin desde hace décadas. Se ubica en Pioneer Point, donde se unen los ríos Corsica y Chester. La mansión fue adquirida por Rusia en 1972. Perteneció a John J. Raskob, un ejecutivo que pasó a la historia por ser el constructor del Empire State.
Los diplomáticos estadounidenses ostentan propiedades similares en Rusia, aunque por el momento el presidente ruso, Vladímir Putin, no ha anunciado ninguna represalia en respuesta a las sanciones.