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Izquierda francesa marcha desunida a elecciones presidenciales

  • 30 enero 2017 /

Los socialistas galos eligieron ayer a su candidato, pero los sondeos le dan pocas posibilidades

París, Francia

Con su candidato presidencial designado, los socialistas franceses tienen menos de tres meses para cerrar filas frente a una extrema derecha en ascenso y una derecha tambaleante por un reciente escándalo.

Benoît Hamon, crítico con el giro liberal del gobierno socialista, se alzó el domingo como el candidato del partido gobernante para las elecciones presidenciales de abril frente al ex primer ministro de origen español Manuel Valls.

Este representante del ala izquierda del PS tiene ante sí la ardua tarea de federar a un partido fragmentado que según todos los sondeos tiene pocas posibilidades de seguir al mando del país tras el impopular mandato del presidente François Hollande, quien hundido en las encuestas renunció a presentarse a la reelección.

La ultraderechista Marine Le Pen, el conservador François Fillon y el centrista Emmanuel Macron aparecen, a 80 días de los comicios presidenciales, como los más opcionados para llegar al Elíseo.

Fillon, que hasta hace unos días aparecía como el claro favorito, se encuentra ahora, según las últimas encuestas, codo a codo con Macron, un rostro nuevo en la política francesa de 39 años que rechaza las viejas etiquetas de izquierda y derecha.

El candidato conservador, que promete un duro programa de recortes sociales, perdió el primer puesto en los sondeos tras las sospechas de un presunto empleo ficticio de su esposa como su asistente parlamentaria, por el que habría cobrado medio millón de euros.

A este caso que está siendo investigado por la fiscalía nacional financiera se suma una acusación de desvío de dinero de fondos públicos cuando era senador.

¿Fuga de electores socialistas?

En su primer discurso como candidato presidencial designado Benoît Hamon lanzó un llamado a la unidad de la fragmentada izquierda y tendió la mano a los radicales de Jean-Luc Mélenchon, apoyado por los comunistas, y al candidato ecologista Yannick Jadot para 'construir una mayoría gubernamental'.

Pero, más allá de federar a la izquierda, el primer desafío de Hamon será unir a su propio partido, fragilizado tras el choque entre dos corrientes profundamente antagónicas en las primarias socialistas, sobre todo en cuanto a la concepción del trabajo y la laicidad.

'No podré defender su programa, pero seré leal porque hay reglas para las primarias', había anunciado el viernes Valls, presagiando su derrota.

El fracaso del ex primer ministro de Hollande, que se presentaba como el abanderado de una izquierda 'realista' frente al programa 'utópico' de Hamon, podría beneficiar a Emmanuel Macron, cuya línea 'progresista' es más cercana a la de Valls que a la del nuevo líder de los socialistas.