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Inspectores de armas químicas de la ONU llegan a Siria

  • 24 julio 2013 /

Los enfrentamientos se extendieron a la provincia vecina de Raqa, más al oeste.

Dos expertos de la ONU encargados de examinar la presunta utilización de armas químicas en la guerra en Siria llegaron este miércoles al país, donde el régimen y los opositores se acusan mutuamente de haberlas utilizado.

Además, en el norte del país, según fuentes opositoras, Arabia Saudita intensificó las entregas de armas a los rebeldes para que conquisten Alepo, capital económica del país. Más hacia el este, 17 personas murieron en combates entre kurdos y yihadistas.

Una fuente opositora afirmó que Arabia Saudita había 'decidido que la ciudad y la provincia de Alepo tenían que caer en manos de los rebeldes. Los rebeldes reciben armas y municiones, incluyendo cohetes antitanques, todos los días'.

La Representante de las Naciones Unidas para el Desarme, Angela Kane, y el jefe de la misión de la ONU encargada de investigar las acusaciones de utilización de armas químicas en Siria, Ake Sellstrom, llegaron el miércoles a Damasco.

Sellstrom y Kane se reunirán con responsables del régimen para determinar su acceso al territorio sirio para su investigación, que se centrará en el uso de gas sarín.

Durante su visita, deberían en principio entrevistarse con el ministro sirio de Relaciones exteriores, Walid Muallem, según una fuente cercana a la delegación.

Pero su misión parece muy difícil, pues el régimen, apoyado por Rusia, insistía en que se concentren en un incidente atribuido por Damasco a la oposición y ocurrido en marzo en Jan al Asal, cerca de Alepo (norte).

Esa ciudad cayó el lunes en manos de los rebeldes.

El régimen y los rebeldes se acusan mutuamente de utilizar armas químicas.

Invitados por el gobierno sirio, 'Kane y Sellstrom llegaron a Siria para una visita oficial de dos días durante la cual se entrevistarán con altos responsables sirios', dijo a la AFP Jaled al Masri, responsable de la comunicación y consejero de la ONU basado en Damasco.

El 11 de julio, la ONU anunció que los inspectores 'aceptaron la invitación del gobierno sirio de viajar a Damasco para terminar las consultas sobre las modalidades de cooperación requeridas' para una eventual misión en el lugar.

Según la ONU, el gobierno sirio se negaba a que los investigadores examinaran las acusaciones formuladas por Gran Bretaña y Francia contra el ejército sirio, que habría utilizado armas químicas en Homs (centro) en diciembre de 2012.

Por otra parte, al menos 17 combatientes kurdos sirios y yihadistas murieron este miércoles en violentos combates en la provincia de Hasaka (nordeste), en el octavo día de enfrentamientos entre los dos campos, informó una ONG siria.

Los combatientes kurdos progresan en esta región, donde intentan establecer una región autónoma.

En el sur de Siria, los rebeldes también están a la ofensiva en la ciudad de Nawa, cerca de la frontera jordana, pero los bombardeos y los combates causaron el martes la muerte de 31 personas, entre ellos nueve rebeldes, según el último balance de la OSDH.

'Los rebeldes controlan ahora amplias partes de Nawa y solo les queda tomar la sede de la seguridad militar y los batallones que la rodean, en la periferia este de la ciudad', afirmó por su lado un militante que se hace llamar Sami Karam.

Además 11 civiles, entre ellos cinco mujeres, murieron en bombardeos contra el franja palestina de Yarmuk, según la OSDH.

Asimismo, al menos 13 combatientes del Estado Islámico en Irak y en el Levante (EIIL) y del Frente Al Nosra, dos grupos afiliados a Al Qaida, murieron en combates en el pueblo de Meshrafé contra los kurdos, que perdieron a cuatro hombres en sus filas, según el OSDH.

Meshrafé se sitúa al sur de Ras al Ain, la ciudad kurda fronteriza con Turquía, de donde el EIIL y Al Nosra fueron expulsados el 23 de julio, lo que desencadenó combates en varias localidades de la región de Hasaka.

Los enfrentamientos también se extendieron a la provincia vecina de Raqa, más al oeste. En esta región, las localidades son mixtas entre kurdos y árabes, lo que provoca aún más tensiones entre las dos comunidades.