Manifestaciones y huelgas paralizaban el jueves por segundo día a Grecia a la espera del voto en el Parlamento de un nuevo ajuste, exigido por los mercados que siguen castigando a países de la Eurozona antes de la decisiva cumbre del domingo en Bruselas para contener la crisis de la deuda.
Violentos enfrentamientos se registraban frente al Parlamento en Atenas entre manifestantes comunistas y jóvenes violentos y entre estos últimos y la policía, al margen de una marcha de unas 50.000 personas contra las medidas de austeridad.
El Parlamento griego tiene previsto votar en la tarde del jueves el nuevo plan de medidas del gobierno del socialista Giorgos Papandreu, que se encuentra en sus horas más bajas.
De la aprobación de dichas medidas dependerá el desbloqueo de un nuevo paquete de ayuda de 8.000 millones de euros correspondientes al sexto y último tramo del crédito de 110.000 millones concedido en mayo del 2010 por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar la bancarrota del país balcánico.
El informe de la troika de los acreedores de Grecia (UE, FMI y Banco Central Europeo) que condiciona la entrega de esta nueva inyección, fue entregado a los gobierno de la zona euro el miércoles por la noche, según fuentes europeas.
La deuda griega, que ascendía al 142,8% en 2010, debería pasar al 172,7% en 2012, según el proyecto de presupuesto para 2012.
La suerte de Grecia y de la propia Eurozona, que vive su peor crisis desde su creación en 1999, será sellada el domingo en Bruselas, donde los mandatarios de ese bloque se reúnen con el compromiso de dar una respuesta contundente a los problemas de las deudas soberanas.
Las dudas que suscita la capacidad de los líderes europeos de proponer soluciones a una larga crisis que se agudiza amenaza al sistema bancario y a la economía mundial, se manifestaba este jueves en los mercados. Las bolsas europeas cotizaban en rojo. A eso de las 2:00PM , Londres perdía 0,42%, París 1,54%, Fráncfort 1,79% y Madrid 1,05%.
Las diferencias parecían en vías de superación, al menos entre las dos mayores economías del bloque, después del encuentro del miércoles por la noche en Fráncfort entre la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Otros dirigentes se europeos se reunieron con la directora del FMI, Christine Lagarde.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, aseguró este jueves que entre Francia y Alemania, hay 'acuerdo total' sobre las medidas a adoptar, aunque advirtió que no hay 'todavía una solución europea'.
Según una carta enviada a un grupo de diputados alemanes por el secretario de Estado de Finanzas Steffen Kampeter, las principales diferencias radican en la definición exacta de las competencias del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).
El FEEF debería asumir la compra en el mercado secundario de títulos emitidos por los países con dificultades, una tarea que hasta ahora ha asumido a regañadientes el Banco Central Europeo (BCE).
Sobre el resto de los instrumentos del FEEF, en particular la recapitalización de los bancos europeos, Alemania y sus socios están de acuerdo, precisó Kampeter.
'Más allá de la precisión de los nuevos instrumentos, una mejora de la eficacia del FEEF está en estudio', precisa este correo. 'Varias variantes están siendo examinadas, que permitirían un seguro parcial de los títulos emitidos en el futuro por los países de la zona euro en dificultades', indica.
Un mecanismo de ese tipo permitiría ejercer un efecto palanca, es decir multiplicar la capacidad de ayuda del fondo dotado actualmente con 440.000 millones de euros aportados por los países de la zona euro.
Por su parte, después de rebajar dos peldaños la nota de España, la agencia de calificación Moody's recortó la nota de varias regiones autonómicas y de importantes bancos españoles, entre ellos los gigantes Santander y BBVA.
