Texas, Estados Unidos.
Uno de los abogados defensores de López, Luis García, dijo que su cliente estaba muy lejos de ser el monstruo descrito durante el juicio en su contra. 'López venía de un hogar quebrado y dos veces intentó cometer suicidio cuando era adolescente, una vez intentando cortar sus venas y otra con una sobredosis'.
La ejecución del hispano Daniel López acaparó la atención mediática alrededor del mundo, luego de que se diera a conocer que el joven de 27 años pidió acelerar la aplicación de su condena a muerte, impuesta por atropellar a un policía en 2009.
El hispano tenía registros de problemas de conducta desde que era un estudiante de primaria, según declararon testigos en su juicio, y, tras desertar del colegio, se inició en el bajo mundo con asaltos y robos.
De acuerdo a la ONG The Forgiveness Foundation, una organización cristiana contraria a la pena de muerte, López abandonó su educación con unos 15 años. La fundación asegura que 'a lo largo de su infancia Daniel fue diagnosticado con el síndrome de déficit de atención'.
 A López lo declararon muerto a las 6:30 p.m. de Texas, quince minutos después de recibir una inyección letal en la cárcel de Huntsville.
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De hecho, López se encontraba en libertad condicional cuando fue detenido con una decena de paquetes de cocaína escondidos en un falso compartimiento de su camioneta. Además tenía antecedentes como depredador sexual, por haber sostenido relaciones íntimas con jóvenes de 14 años.
López deja atrás seis hijos, que tuvo con al menos tres diferentes mujeres, el último de ellos nació mientras el aguardaba el cumplimiento de su sentencia en el corredor de la muerte.
Sus últimas palabras fueron: 'Espero que esta ejecución ayude a mi familia y también a la familia de la víctima. Lo siento por haberlos hecho pasar a todos por esto, lo siento. Espero que nos encontremos en el cielo'. Y así el joven cumplió su deseo de morir escuchando el himno 'amazing grace' entonado por sus familiares.
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López murió sin aclarar si el atropello del oficial Stuart Alexander, crimen por el que fue condenado a muerte, fue intencionado o un accidente. Durante su juicio, en 2010, rechazó un acuerdo con los fiscales que le ofrecían cadena perpetua a cambio de que se declarase culpable prefiriendo la pena de muerte.
David Dow, uno de sus abogados, alegó que López sufría una 'enfermedad mental grave' que lo llevó a utilizar el sistema de justicia criminal para 'suicidarse'. Sin embargo, el fiscal del condado de Nueces, Mark Skurka, afirmó que el condenado no mostró consideración por la vida humana, 'era un chico malo', aseguró.
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Tras recibir su inyección letal, López se convirtió en el décimo preso ejecutado este año en Texas, la misma cifra que el estado sureño alcanzó en todo 2014. La próxima cita con la pena de muerte será el próximo 26 de agosto, también en Texas, cuando está previsto ejecutar al nicaragüense Bernardo Tercero por un homicidio de 1997.
