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Hillary vs Trump, el primer debate es el lunes

  • 23 septiembre 2016 /

Washington, Estados Unidos.

Hillary Clinton y Donald Trump se verán cara a cara el lunes 26 de septiembre en el primer debate presidencial de este año, en un desafío complejo para la candidata demócrata a la Casa Blanca, quien tendrá por delante un adversario imprevisible.

La tarea se torna aún más crítica porque los sondeos, que hasta hace pocos meses mostraban a Clinton como franca favorita, ahora exhiben números más balanceados a pocos días de las elecciones presidenciales del 8 de noviembre. Millones de estadounidenses seguirán el debate de 90 minutos, organizado en la universidad de Hofstra, próxima a Nueva York, y que deberá quebrar los récords de audiencia. Las expectativas y riesgos para los dos candidatos son diferentes.

Experiencia y populismo

Clinton tiene más experiencia en la vida pública pero suscita poco entusiasmo en el electorado, al tiempo que de Trump, un populista adepto de fórmulas espectaculares, nadie espera que conozca al dedillo los temas fundamentales de la agenda.

Fragilizada recientemente por una neumonía que la alejó de la campaña por varios días, la exsecretaria de Estado de 68 años representa la continuidad de ocho años de gestión de Barack Obama, y se ha preparado minuciosamente para este debate. Lleva semanas analizando informes y estadísticas para contraponer a Trump, examen de los debates realizados durante la interna Demócrata y, de acuerdo con el diario New York Times, hasta consulta con psicólogos sobre la personalidad del millonario empresario para conocer sus reacciones.Para Wendy Schiller, experta en política para la Universidad de Brown, el ejercicio no es fácil para Clinton. “Su instinto es estar orientada a políticas, pero sus seguidores (...) quieren que enfrente a este tipo directamente, que lo deje incómodo”. Esta opción es difícil para Clinton porque no es su estilo”, dijo Schiller.

El volumen de responsabilidades es menor para Trump, de 70 años, un candidato atípico e impulsivo, que en gran medida sigue siendo rechazado por la dirigencia tradicional del partido Republicano y quien jamás ejerció cualquier cargo público.

Para Schiller, Trump debe 'recordarles a los republicanos que él mismo es un republicano, que será un presidente republicano'.

Trump dijo que pretendía tratar a Clinton 'con gran respeto, a menos que ella me trate de una forma específica. En ese caso, será el fin. Pero parto de la idea de que la trataré respetuosamente'.