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Costa Concordia, el crucero del 'capitán cobarde”

  • 13 enero 2013 /

Hoy rendirán tributo a las 32 víctimas fallecidas en el barco que sigue inmóvil frente a la isla italiana de Giglio.

Italia conmemora hoy en la pequeña isla toscana del Giglio con misas y ceremonias oficiales, ante la presencia de sobrevivientes y familiares de las víctimas, el primer aniversario del naufragio del crucero de lujo Costa Concordia, ocurrido el fatídico viernes 13 de enero de 2012.

El buque gigante, que transportaba 4,229 personas de 60 nacionalidades, chocó hace un año durante una noche fría contra los arrecifes causando la muerte de 32 personas, dos de las cuales siguen desaparecidas.

Encallado frente a la isla mediterránea, el enorme crucero yace semihundido sobre un costado a la espera de que un equipo de expertos inicie, probablemente en septiembre, la compleja e inédita operación de rescate para enderezarlo y trasladarlo entero a un puerto italiano.

Las ceremonias iniciarán a las 9:00 con el lanzamiento al mar de un pedazo de la roca con la que el crucero chocó con los nombres grabados de las víctimas, entre ellas una niña de cinco años y dos latinoamericanos, de nacionalidad peruana, que formaban parte de la tripulación.

Una misa será oficiada en la pequeña iglesia en la que cientos de náufragos se refugiaron esa noche tras haber sido evacuados en medio del caos.

Las autoridades otorgarán también varias medallas a los socorristas, que gracias a su coraje y solidaridad salvaron a miles de personas evitando una tragedia de mayores dimensiones.

A las 20:45, la hora exacta en que se produjo el accidente, barcos de pescadores y buques sonarán sus sirenas. Luego ha sido programado un concierto de música clásica.

“Será una jornada muy triste. El aniversario nos hace rememorar esos momentos trágicos”, contó el alcalde de Giglio, Sergio Ortelli. Para él, el momento más difícil será cuando recibirá a los familiares de las víctimas: “Será como revivir el drama”, confesó.

Una amplia delegación proveniente de Francia participará en las conmemoraciones del Giglio, mientras la compañía propietaria del buque, Costa Crociere, organizó varias ceremonias religiosas hinduistas en India, budistas en China y musulmanas en Jakarta y Bali, para rendir homenaje a los sobrevivientes y víctimas de esas religiones.

De las 30 víctimas identificadas, 12 son de nacionalidad alemana, seis francesa, seis italiana, dos estadounidense, una húngara, una española además de peruana. Las víctimas, cuyos cuerpos no han sido encontrados, son un indio de la tripulación y una pasajera italiana.

“Desde hace doce meses me despierto todas las mañanas con la esperanza de recibir una llamada que me informe sobre su paradero. Necesito una tumba para llorarla”, contó el marido, Elio Vincenzi. “No pido venganza sino justicia”, reiteró Vincenzi.

El lamento de Schettino

El tribunal de Grosseto, en Toscana, encargado de la investigación, decidió abrir un juicio contra ocho personas, entre ellas los directivos de Costa Crociere, propietaria del crucero, y varios oficiales que se encontraban a bordo.

En la lista figura el capitán del navío, Francesco Schettino, acusado de haber provocado el naufragio al efectuar una parada demasiado cerca de la costa y de haber abandonado el barco en plena evacuación, Schettino actualmente no puede salir del municipio en que reside sin autorización judicial tras haber pasado varios meses en detención domiciliaria.

El “capitán cobarde”, como suele ser apodado, lamentó el lunes de que lo “describan peor que a Bin Laden” y sostiene que salvó numerosas vidas al decidir encallar el buque en una superficie no muy profunda y evitar que se hundiera completamente.

“Han ridiculizado no sólo mis 30 años de trabajo y de experiencia en todo el mundo, sino que he sido expuesto a las críticas, a menudo injustas, en todo el planeta”, declaró al diario La Stampa.

La versión de Schettino no convence a la opinión pública, ya que fue uno de los primeros en abandonar el barco mientras se hundía.

Viviendo días de pesadilla

Un chico de 4 años habla con obsesión de la comida que perdió cuando los platos comenzaron a volar de un lado al otro en el comedor de la nave.
Como si las pesadillas, los recuerdos súbitos y la ansiedad no fueran suficiente, los pasajeros que sobrevivieron al naufragio del Costa Concordia, han recibido otro golpe en el primer aniversario del desastre que se conmemora hoy: se les ha indicado que no son bienvenidos a las ceremonias.

El dueño del crucero, la empresa Costa Crociere SpA, la unidad italiana de Carnival Corp., con oficinas centrales en Miami, dijo en cartas enviadas a varios pasajeros que no estaban invitados a las ceremonias del aniversario oficial que se efectuará en la isla de Giglio, frente a cuyo litoral todavía yace inclinado el casco de la enorme nave.
Costa dijo que la jornada está dedicada a las familias de las 32 personas que murieron el 13 de enero de 2012, no a los 4,200 pasajeros y la tripulación que sobrevivieron al desastre.

“Estamos seguros de que ustedes entenderán la imposibilidad logística para alojarlos a todos en la isla así como el deseo de intimidad de las familias en este momento de tristeza”, dijo el director ejecutivo de Costa, Michael Thamm, en una carta enviada a los sobrevivientes.

Thamm manifestó su solidaridad con los sobrevivientes y expresó confianza en que los pensamientos y oraciones de estos “ayuden a avanzar hacia un futuro más brillante”.

Algunos sobrevivientes dijeron que entendían que las familias que perdieron a alguien merecían un trato particular, pero muchos afirmaron que la carta les parecía un insulto a sus heridas —físicas y psicológicas— porque muchos sufren a diario todavía problemas emocionales a causa del desastre.