29/04/2024
12:34 AM

Empresa niega ser 'Gran Hermano' al que detractores llaman '666'

  • 18 febrero 2017 /

Una empresa belga que implanta chips a sus trabajadores negó este sábado ser el 'Gran Hermano'.

Redacción.

La afirmación de una empresa belga que implanta chips a sus trabajadores causó controversia este sábado cuando indicaron: 'No somos Gran Hermano', pero, ¿qué significa esa frase?

Existe la creencia en que los implantes de estas características podrían dar lugar a una sociedad en la que todos los actos del ser humano sean vigilados por una matriz central en la que nada deje de ser registrado.

Una serie de grupos cristianos se oponen a los implantes citando a la Biblia: según el Libro de las Revelaciones, la Marca de la Bestia (666) se hallará al dorso de la mano derecha.

En el mismo lugar en el que Nancy Nisbet, una canadiense, implantó hace más de una década dos microchips para monitorear sus hábitos de navegación en Internet. Sobre la canadiense Nancy Nisbet puede comprobarse en un artículo que fue escrito en el diario.es el año 2014.

El ataque más furibundo contra esta tecnología proviene de la identificación del microchip con la 'marca de la bestia' y el número 666 según el Libro del Apocalipsis, por versículos:

'Un tercer ángel los siguió, diciendo con fuerte voz: si alguno adora a la Bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, tendrá que beber también del vino del furor de Dios, que está preparado, puro, en la copa de su cólera' (Apocalipsis 14: 9-10).

Tim Pauwels, socio director de NewFusion, una empresa belga de software especializada en marketing digital que ha implantado un chip a varios de sus empleados que han accedido de forma voluntaria, muestra el dispositivo. EFE.
¿Qué dice la empresa canadiense?

'No somos Gran Hermano y no podemos rastrear a nuestros empleados con el chip (...) Es solo una manera más fácil de abrir las puertas o acceder a tu ordenador. Es completamente voluntario', explica a Efe Tim Pauwels, socio director de NewFusion, una empresa belga de software especializada en marketing digital que ha implantado un chip a varios de sus empleados.

La tecnología RDFI puede ser activa, cuando emite señales rastreables y cuya aplicación es corriente en almacenes industriales o en la ganadería, o pasiva, como la que hicieron implantar en diciembre en siete de los doce trabajadores de NewFusion.

En el caso de los seres humanos, el chip se inserta en la mano, entre el índice y el pulgar, y funciona como una matrícula cuyo número de serie puede cambiarse desde una aplicación del teléfono móvil. No contiene ningún dato del usuario y no emite señales que permitan localizarle, sino que sustituye a las tarjetas personales comunes en muchas compañías.

Para algunos implantarse un microchip de identificación bajo la piel es el siguiente paso natural hacia el 'internet de las cosas' y una puerta hacia un futuro en el que la tecnología estará al servicio del ser humano, directamente incrustada en su cuerpo.

Chip que NewFusion, una empresa belga de software especializada en marketing digital, ha implantado a varios de sus empleados que han accedido de forma voluntaria. EFE.
Para otros, que una empresa proponga a sus empleados que se injerten en el organismo una 'cápsula' para abrir puertas o acceder al ordenador supone una pérdida de libertad y privacidad en una carrera hacia una sociedad donde la tecnología, al servicio de Gobiernos y empresas, sirve para controlar a los ciudadanos.

El chip actualmente se puede adquirir en China desde 20 céntimos de euro la unidad, pero los que escogieron en NewFusion se fabrican en Estados Unidos, cuestan 100 euros y vienen con un set de instalación esterilizado.

Lo implanta un tatuador con una jeringuilla del mismo calibre que las que se emplean para donar sangre. Se siente el pinchazo, dicen, pero después el dolor desaparece y queda una pequeña marca en la piel, aunque en algunos casos se puede distinguir el implante en forma de pequeña protuberancia.