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El Papa elogia a la Guardia Suiza

  • 07 mayo 2013 /

Están al servicio de la Iglesia.

El papa Francisco elogió “la profesionalidad” de la Guardia Suiza vaticana, a la que instó a servir con “gentileza y fraternidad”, con ocasión ayer del aniversario del saqueo de Roma en 1527, cuando el ejército pontificio fue diezmado por defender al Papa.

Francisco recibió en el Vaticano a 35 nuevos reclutas y a sus familias, horas antes de que prestaran juramento en una solemne ceremonia.

“Hoy no están llamados a ese gesto heroico, sino a otra forma de sacrificio: poner sus energías juveniles al servicio de la Iglesia y del Papa. Y para ello hay que ser fuertes, animados por el amor y sostenidos por la fe en Cristo”, les dijo el Papa.
“Estoy convencido de que la decisión de poner años de sus vidas al servicio del Papa no es ajena a su fe. Al contrario, creo que los motivos más profundos quelos han traído aquí, a Roma, tienen origen en ella. Una fe que han aprendido en sus familias, cultivado en sus parroquias y que manifiesta también el apego de los católicos suizos a la Iglesia”, añadió.

“Durante su estancia en Roma están llamados a atestiguar su fe con alegría y con la amabilidad del trato. ¡Qué importante es esto para tantas personas que pasan por la Ciudad del Vaticano! ¡Pero también es importante para los que trabajan aquí, en la Santa Sede, y para mí! Su presencia es una señal de la fuerza y de la belleza del Evangelio”, afirmó.
Nobleza

Según rumores que circulan en la prensa local, el papa argentino ofreció recientemente una silla y algo de comer al guardia suizo encargado de su protección nocturna frente a su apartamento en la residencia Santa Marta del Vaticano, donde se aloja, ya que no ha querido trasladarse al lujoso apartamento pontificio en el palacio apostólico.

Las rígidas reglas de ese histórico cuerpo sorprenden al Papa, quien invitó al desconcertado joven capitán a descansar tras descubrir que había pasado la noche entera de pie.

Como la guardia rechazó aduciendo que las reglas se lo impedían, Francisco le dijo: “Soy el Papa y le pido que se siente”, para luego ofrecerle pan y jamón. Los gestos de cortesía y los desvíos del protocolo siguen marcando el pontificado de Francisco, que el domingo volvió a congregar a unas 100,000 personas para el ángelus en la plaza de San Pedro. AFP