En la Ciudad Vieja de Jerusalén, los turistas se dan una vuelta en busca de coloridos recuerdos para llevarse a casa. Un artículo está por todas partes: el famoso pañuelo estampado en blanco y negro conocido como 'kufiya'. A lo largo de los años, se ha convertido en un símbolo mundial de la resistencia palestina.
'Puede que esté de moda para algunos, pero yo no lo llevo por eso. Para mí, es un acto de solidaridad', dijo María, una uruguaya que trabaja como voluntaria en Jerusalén.
La mayoría de las 'kufiya' se fabrican a nivel local en esta planta textil de la ciudad cisjordana de Hebrón. La fábrica Hirbawi lleva aquí desde 1961 y está orgullosa de su etiqueta 'made in Palestina'. Ha sobrevivido al conflicto, a un levantamiento palestino y a la rigurosa vida diaria en estos territorios ocupados por Israel. Pero al comienzo de esta última década, se vio obligada a echar el cierre temporalmente ante la fuerte competencia de China e India, que han inundado el mercado de productos falsos más baratos.
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Cada año, la fábrica vende alrededor de 30.000 'kufiyas', de las cuales solo un 2% o 3% se venden localmente, mientras el resto se lleva fuera, sobre todo a Europa. Ese éxito se puede achacar a la influencia de un solo hombre: Yaser Arafat, el fallecido líder palestino e icono de la resistencia, prácticamente nunca fue fotografiado sin ella. Los dueños de tiendas en los territorios palestinos han aprendido a adaptarse a las demandas internacionales.
'Algunos turistas quieren souvenirs baratos. Así que tenemos 'kufiyas' baratas, que vendemos por 25-30 shekels, y si quieren mayor calidad, vendemos 'kufiyas' por 70-80 shekels', dijo Basam Barakat, dueño de una tienda en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
La tradicional 'kufiya' blanca y negra también ha experimentado cambios de todo tipo. Ahora, se comercializa en todo tipo de tonos y matices. Este llamativo tejido con efecto cuadriculado se ha extendido a lo largo y ancho del mundo. Texto y video de AFP.