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Las mascarillas se convierten en arma política en Hong Kong

  • 16 marzo 2020 /

Faccciones pro-Pekín y prodemocracia tratan de conquistar votantes para la Asamblea local

Hong Kong, China

Las mascarillas para protegerse del coronavirus se han convertido en una nueva arma política en Hong Kong, donde los partidos pro-Pekín y los movimientos prodemocracia, en la oposición, compiten para ver quién distribuye más entre la población.

Desde hace dos meses, hay una enorme escasez de mascarillas en este territorio, una excolonia británica, donde casi todo el mundo lleva una en los lugares públicos.

A pesar de que las legislativas locales no serán hasta septiembre, muchos políticos aprovecharon la ocasión para lanzar una campaña de reparto y ganarse así la simpatía de los electores.

Tras un semestre de manifestaciones y su triunfo en las elecciones locales del pasado mes de noviembre, los movimientos pro-democracia esperan ahora ganar en las próximas elecciones de septiembre para elegir a los miembros del Consejo Legislativo (LegCo), el parlamento de esta región semiautónoma.

El 17 de febrero lograron una victoria política cuando anunciaron haber logrado 1,2 millones de mascarillas procedentes de Honduras.

Una noticia que no pasó desapercibida a los habitantes, que esperaban la llegada de mascarillas a sus tiendas locales.

Una semana después los partidos favorables al poder de Pekín anunciaron a su vez haber obtenido un millón de mascarillas.

Para el consejero local prodemocracia Eason Chan, de 23 años, la rápida movilización de los prodemócratas llevó a los pro-Pekín a responder.

'El hecho de haber sido los primeros y de que continuemos trayendo máscarillas provocó en cierta manera a todos los partidos a entrar en la competición', dijo a la AFP.

'El campo pro-Pekín quiere aprovechar esta ocasión para reconquistar los corazones y aumentar su implantación local', asegura.

Foto: La Prensa

El 24 de febrero, la oficina de enlace, el órgano del gobierno de Pekín en Hong Kong, anunció que Shenzhen, una ciudad cercana en China continental, hizo una donación de un millón de máscaras que serán repartidas por una nueva organización llamada Hong Kong Community Anti-Coronavirus Link (Enlace contra el Coronavirus de la Comunidad de Hong Kong).

- Críticas a Carrie Lam -

'Si beneficia a la población, está bien que los diferentes movimientos de la sociedad tengan su papel', dijo Bunny Chan, un político pro-Pekín que actúa además como uno de los 30 coordinares de esta nueva organización.

'Nuestros coordinadores tienen o bien importantes relaciones en el terreno o conexiones con el mundo de los negocios y podemos contar con la ayuda de 5.000 voluntarios en la ciudad', aseguró.

Las mascarillas son ahora objeto de competición política en Hong Kong, todo lo contrario de lo que pasaba a finales del año pasado, cuando el gobierno prohibía a los manifestantes que las llevaran en la calle para intentar así rebajar la intensidad de las multitudinarias protestas prodemocracia.

Una prohibición que finalmente fue juzgada anticonstitucional.

Solo la mitad de miembros del LegCo se eligen por sufragio universal en virtud de un sistema que garantiza siempre una mayoría de representantes favorables al régimen chino.

Pero tras las enormes manifestaciones del año pasado, el bloque que se opone a China tiene ahora posibilidades de ganar mucha presencia en el parlamento.

Por su parte, la mayoría pro-Pekín se expone a una derrota importante.

Desde que Eason Chan fue elegido hace algunos meses como representante local en Kwun Tong --un barrio de Hong Kong que, antes de las manifestaciones, era un bastión pro-gubernamental-- su principal actividad ha sido repartir máscaras, unas 10.000 desde enero, obtenidas gracias a donaciones o que pagó de su propio bolsillo.

'La distribución de máscaras está muy relacionada con las elecciones de septiembre', reconoce.

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Pekín continúa apoyando a la jefa del poder ejecutivo local, Carrie Lam, a pesar de que su popularidad está a su nivel más bajo.

Muchos de sus aliados dentro del campo pro-Pekín empezaron a tomar distancias con el gobierno, incluso con críticas por su gestión de la crisis del coronavirus, en particular por el hecho de que Hong Kong no tenía suficientes reservas de mascarilla pese a que en 2003 ya vivió una epidemia de Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS).

Hasta ahora 149 personas resultaron contaminadas en Hong Kong por la covid-19, una enfermedad que mató a cuatro personas.